En la crónica del primer día del Festival Río Babel 2022 me preguntaba si serían capaces de superar lo vivido el jueves, pero sin duda subestimé a los artistas de ayer viernes. Con la ruta hacia La Caja Mágica aprendida, señales de cansancio arrastradas del día anterior y la convicción de no volver a perder tiempo esperando fila para cenar, llegué al recinto del festival con los chicos de Ambkor tocando en el escenario principal. Y mientras esperaba a Tanxugueiras, me dio por pensar en la cantidad de gente que trabaja para que salga adelante el festival: camareros, técnicos, limpieza, equipo de comunicación, seguridad… Creo que se merecen todos los aplausos que los artistas piden desde los escenarios para ellos. Esta vez, vi cuatro conciertos que fueron una exhibición real de talento, personalidad y, en definitiva, arte.
Tanxugueiras, cultura y poder
Mientras uno de los músicos del trío gallego hacía flexiones detrás del escenario para prepararse, las chicas de Tanxugueiras dejaban entrever su vestuario: conjuntos rojo pasión, botas altas y negras, un maquillaje brillante y peinados ya característicos del grupo, como la larga trenza de Aida. En el escenario había seis panderetas y dos cajas de pimentón para el batería como adelanto de que este no sería un concierto cualquiera, sino una reivindicación de la cultura gallega y de las raíces del grupo. Así, subieron al escenario entre aplausos, el sonido de la pandereta de la chica que estaba a mi lado entre el público y un objetivo: “Gozar de nuestra cultura y de nuestra lengua».
El baile, la fusión de su inmenso potencial vocal y la chulería impregnaron el concierto, pero también la protesta social: cantaron “Pano Corado” con la bandera LGTB agarrada por Sabela (“Estamos cansadas de odio”), hablaron en contra del abuso sexual («Parece mentira que tengamos que defendernos») y, por supuesto, levantaron la voz de las lenguas cooficiales y el gallego en particular alzando al final del evento la bandera de Galicia. Así, el público disfrutó con las dos versiones musicales de Tanxugueiras: la más tradicional a través de canciones de su segundo disco como “O Querer”, “Malquerenza” o “Desposorio” y la otra más contemporánea liderada por sus grandes éxitos como “Figa”, “Midas” o “Terra”, con la que Río Babel se vino abajo para despedir a las pandeireteiras de su primer concierto en un festival madrileño, del que Olaia salió claramente emocionada. Y que sepan que la capital las espera para poder disfrutar de su poderoso directo de nuevo.
Tu Otra Bonita: a la plaza del pueblo
Los seis chicos de esta agrupación musical convirtieron el festival madrileño en las fiestas de un pueblo gracias al rollazo de su música y la fusión de estilos, que se mueve entre el indie, el pop y la rumba. Además, cuentan con maravillosas composiciones a las que el público no quitaba su atención. Este es el caso de “Qué más da”, “Ganas de…” o “Algo que ya”, con la que criticaron que la sociedad nos obligue a estar con la misma persona “desde que la conoces hasta que te mueres”. Y después de pedir un brindis a los asistentes con una botella y una copa de vino, llenaron el recinto de vitalidad con su éxito “Alegría de vivir”. Siempre serán de agradecer estos espectáculos que gritan diversión y te hacen olvidar el mundo exterior.
Zahara, libertad y apocalipsis
El fin del mundo; eso es lo que anunciaba la voz introductoria del concierto de Zahara. De entrada, merece un reconocimiento su propuesta escénica y visual dirigida por el color rojo, el juego de luces, el humo y las ilustraciones en movimiento. Todo ello, y todo lo de después, demuestra que la artista jienense es una de las más revolucionarias (en todos los sentidos), original y personal de la música española. Su directo es abrumador y eminentemente electrónico, transportando al público a una discoteca gracias a las dotes de DJ de Zahara y sus dos músicos. Además, es un concierto donde la feminidad está siempre presente, ya sea por los increíbles remixes de artistas que inspiran a Zahara (como “Wildest Dreams” de Taylor Swift, “Summertime Sadness” de Lana del Rey o “Toxic” de Britney Spears) o por sus homenajes a Lola Flores y Rocío Jurado, sin contar a todas las mujeres presentes en su último disco: “PUTA”.
Libertad. Nunca un espectáculo ha definido tan bien esta palabra como el de Zahara. “Una cosa, sentíos libres de hacer lo que os apetezca. Si queréis, bailad y cantad. Si no queréis, no lo hagáis. Sed todo lo libres que podáis». Y en esta petición de la artista se resume su concierto, donde el escenario fue testigo de interpretaciones de sus canciones pasadas como “El deshielo”, “Crash”, “Hoy la bestia cena en casa” o “Camino a L.A.”, con la que vimos por primera vez a las dos bailarinas y a Zahara uniéndose a ellas en una magnífica coreografía. Más tarde, ya en la recta final del concierto, volveríamos a verlas en acción en los dos momentos más sensuales del festival con “MERICHANE” y “joker”, así como en el cierre con “berlin U5” y su inmensa capacidad de atraer al público. Libertad y apocalipsis, eso fue Zahara en Río Babel.
C. Tangana, folclore español de película
Se ha dicho del directo del madrileño que es “histórico”, y lo cierto es que no les falta razón. Más de 27.000 personas estuvieron pendientes del escenario principal; el aforo completo del festival estaba viéndole a él, a “Pucho” (así le llamaba el público en sus ovaciones). Al igual que con su último álbum, C. Tangana plantea un concierto coral rodeado de “los mejores artistas del panorama”, entre los que se encuentra la familia Carmona, Niño de Elche, Yerai Cortés, Ismael el Bola y una orquesta formada por 30 músicos. Además, a sabiendas de la multitud que asiste a sus espectáculos, el escenario incorpora una pantalla horizontal en la parte alta donde se proyecta el evento como si de una película se tratara, con un estilo cinematográfico reforzado por la increíble coreografía y puesta en escena ambientada en un bar. Y, por si esto fuera poco, durante cuatro canciones saltan fuegos artificiales por detrás del escenario. Que no falten recursos.
“Sin cantar ni afinar”, C. Tangana hace una exhibición de la cultura musical española con flamenco, rumbas y boleros, pero también hace honor a su vena rapera en “Still Rapping”, dejando constancia en la introducción del concierto que, detrás de su vena tradicional y folclórica, se encuentra un pasado rapero y desconocido, como él mismo cuenta en “Un veneno”, el tema que anunció el “fin” de la película mientras el madrileño abría una botella de champán. Pero vamos a lo importante: el desarrollo. Entre pequeños sketches donde el artista interaccionaba con el camarero o una monja fumaba e iba dando morreos, las canciones se sucedían con cuidadas transiciones donde a menudo versionaban clásicos como “Corazón partío” reunidos en la mesa flamenca.
Entre todas las actuaciones, destaca “CAMBIA!” y su posterior chupito “a la salud de Madrid” o la euforia del público con “Demasiadas mujeres”, “Los tontos”, “Muriendo de envidia”, “Nunca estoy” y “Tú me dejaste de querer”. También fue especial su versión acústica de “Antes de morirme”, que precedía el vídeo de Pepe Blanco y sus declaraciones alabando la música española. Y así, C. Tangana y su chulería han convertido su concierto en Madrid en un clásico instantáneo de la música en España. No se lo pierdan.