Un WiZink Center prácticamente al completo, una campaña de solidaridad hacia Ucrania, la evidente brecha de género en la industria musical y la ilusión intermitente por parte del público marcaron el esperado concierto de LOS40 Primavera Pop tras el parón provocado por la pandemia. La emoción por volver a un estadio en directo llevó a la organización a adelantar un par de minutos el inicio de un concierto que cumplió con las expectativas y pudo seguirse en televisión a través de Divinity.

Redacción: Diego Simón
Fotografías: Jorge París

Un total de 24 artistas pisaron anoche uno de los escenarios míticos de Madrid para dar un espectáculo de tres horas y media, cuyo ritmo lo marcaron los locutores de LOS40 con pequeñas presentaciones a modo de interludios. Todos ellos hicieron un buen papel, pues eran conscientes de lo que quería el público y adaptaban sus cortas intervenciones a ello. Así, Manuel Carrasco dio el pistoletazo de salida con su himno “Qué bonito es querer”, una chaqueta larga que algunos confundieron con una falda e imágenes de la ayuda ofrecida a las víctimas de la invasión a Ucrania. Y un grito: “¡Que se acabe la puta guerra!”. Tras el lanzamiento de inmensos globos de colores y una disminución de la intensidad, Carrasco presentó su último sencillo “FUE” con mucha emoción y las linternas de los móviles correspondientes, que se encenderían por primera vez durante la noche, pero no la única.

Pole. salió al escenario tras el anuncio por parte de Tony Aguilar de la campaña “Ayuda a Ucrania” para demostrar que la nueva ola del pop español ha venido para quedarse. Lo hizo con su éxito “Quédate conmigo” y justo antes de Hens, otro de los iconos de este movimiento musical que está acercándose al mainstream desde el underground. Poco después llegaron los chicos de Lérica con sus temas “La chispa” y la pegadiza “Hijos contigo”.

Y llegó el turno de un canario que pisó el escenario del WiZink Center por primera vez desde que comenzó su carrera: Agoney, el flamante ganador de “Tu cara me suena 9”. Lo hizo acompañado de bailarines, a diferencia del resto de hombres que actuaron anoche (incluidos Justin Quiles y Nicky Jam que, aunque sí llevaron bailarinas, no interactuaron con ellas en ningún momento). Agoney salió a arrasar y a reivindicar el amor y, por supuesto, el sexo, en sintonía con su canción “BANGOVER”. No dudó en hacer cambios respecto a la versión de estudio para potenciar los agudos y mostrar al público su calidad vocal y su gran presencia escénica. Aunque no fue el más aplaudido, demostró que los hombres también pueden dar un espectáculo que no consista en estar de pie, cantar y poner el micrófono a los asistentes.

Ainoa Buitrago agudizó esta reivindicación con un grito al finalizar su íntima interpretación de “Dispárame”: “¡Por más mujeres en los escenarios!”. Y no le falta razón. Prueba de ello es el propio cartel de LOS40 Primavera Pop, donde el 80% de los artistas eran masculinos (cinco mujeres y 19 hombres). Pero la diferencia entre ambos géneros no radica solo en las cifras, sino también en la calidad del directo. Mientras ellas presentan puestas en escena bien trabajadas, la mayoría con coreografías, bailarines y novedades en el sonido, ellos consideran suficiente salir al escenario, moverse al ritmo de la música y cantar con corrección. Espero que el grito de Buitrago se cumpla y esta situación tan extendida en la industria musical cambie cuanto antes.

Y llegó el momento de uno de los artistas más esperados que revolucionó al público: Zzoilo. “Al punto de sal” precedió a uno de los últimos grandes éxitos de la música española: “Mon Amour”. La ausencia de Aitana no le paró los pies a unos asistentes que cantaron a pleno pulmón con el valenciano. Y después de un subidón, otro: Ana Mena salió con sus bailarines a poner patas arriba el recinto con “A un paso de la luna”, “Cuando la noche arriba” (la versión en castellano del tema que presentó en el festival italiano San Remo 2022) y, por supuesto, “Música ligera”, una actuación sobresaliente realzada con la coreografía. Pero tres canciones no eran suficientes para la malagueña y volvió tras la interpretación de Nil Moliner de “Libertad” con “Me quedo”, la colaboración de ambos artistas que demostró la complicidad entre ellos y la amistad que les une.

La esencia musical de Moliner continuó en el escenario con la actuación de Miki Núñez de “10 minutos”, hasta que llegaron Mau y Ricky desde Venezuela con su simpatía y su ilusión por cantar por primera vez en Madrid. Tras su interpretación de tres canciones, subió al escenario Walls (al que entrevistamos en Elan Cultural por la publicación de su primer álbum) para ampliar el camino de los artistas emergentes del nuevo pop con “En dos”. Al instante, Bombai y David Otero interpretaron “Hawaii” con especial atención al sector del público que asistía por primera vez a un concierto. Por su parte, el pop rock tuvo su máximo esplendor con Marlon, la banda responsable de éxitos como “Con uñas y dientes” y “De perreo”.

Con una presentación a su altura, llegó corriendo Belén Aguilera con unos cascos puestos y explotando la estética de su disco “SUPERPOP”. La acompañaron en el escenario cuatro coristas vestidas cada una de un color y la energía del público durante la presentación de “CAMALEÓN” a todo el WiZink Center. Aguilera mostró su humildad (y, al mismo tiempo, su inseguridad) al agradecer a quienes cantaron con ella su canción, “os la supierais o no”. Además, al igual que Nil Moliner, Aguilera aprovechó la asistencia de una artista con la que tiene una colaboración para interpretarla juntas. Este fue el caso de “LA TIRITA”, con una Lola Índigo alabadísima por el público. Pero esto solo fue una pequeña muestra de lo que haría después la granadina.

Desde Ibiza llegó Leo Rizzi con su aclamado sencillo “Amapola” y su peculiar estilo. Justo después, el locutor de “Anda Ya” David Moreno lamentó no poder ver las sonrisas del público por las mascarillas. Lo cierto es que, a estas alturas del concierto, menos de la mitad de los asistentes la seguían teniendo puesta. Entre bebidas y la aprobación en el Congreso de la propuesta (que no norma) de eliminar las mascarillas en interiores, gran parte del público aprovechó para ignorar los carteles de “mascarilla obligatoria”. Estamos despidiéndonos de la pandemia, y se notan las ganas de olvidarnos de ella lo antes posible.

Llegó el turno de Dvicio, cuyo vocalista demostró un dominio absoluto de los falsetes y los graves en “Casi humanos”. Mención especial merece el batería, que desde la distancia vivió a tope la actuación con su instrumento. Además, el grupo interpretó el primer sencillo de su próximo álbum “Te pienso a cada hora” al compás de las palmas del público. Después, subió al escenario Marc Seguí para poner la guinda de los artistas de la nueva ola pop de la noche. El mallorquín, que hace dos años estaba doblando ropa en un almacén, interrumpió las últimas notas de “360” por un desmayo entre el público. “No me gusta nada esto”, confesó el cantante. Aun así, consiguió recuperar el ánimo durante la interpretación de “Tiroteo – Remix” y el entusiasmo de los asistentes.

La expectación alcanzó su máximo esplendor con la llegada al escenario de Chanel y sus bailarines, que presentaron ante unas 15.000 personas su propuesta para Eurovisión. Como es habitual, llevó un vestuario nuevo plateado con la mítica chaqueta negra de la que poco después de desprendería para llevar a cabo el dance break que la llevó al éxito en el Benidorm Fest. Chanel y su “SloMo” convencieron a todos, pues la ovación que recibió nada más terminar fue inmensa y estuvo acompañada por saltos entre el público, a los que la propia artista quiso unirse. Aunque en directo se disfrutó al cien por cien, en la realización de televisión la actuación se vivió diferente porque la base musical estaba demasiado baja y el juego de luces apenas se percibió.

Al igual que Mau y Ricky, el argentino Tiago PZK actuó por primera vez en España interpretando “Salimos de noche” y su colaboración con Bizarrap. Por otro lado, el estadio se transformó en una fiesta de cumpleaños para dar la bienvenida a la esperadísima Lola Índigo, acompañada, por supuesto, por ocho bailarinas. Combinadas de negro tras el cambio de vestuario respecto a su actuación con Belén Aguilera, presentaron una canción inédita: “Toy Story”. Y tras una mezcla musical con temas míticos, llegó el momento más esperado con “La niña de la escuela”. La granadina no escatimó en fuerza y chulería en sus pasos rítmicos, y tampoco en su ya bien conocido interés por dar un espectáculo a la altura del precio de las entradas. Continuó con su último sencillo “Las solteras”, y el público cerró su actuación con una ovación al grito de “Lola, Lola…”. Además de ser una de las cantantes que más tiempo estuvo sobre el escenario, Tony Aguilar pidió al público encender las linternas para cantarle el “Cumpleaños feliz” y celebrar con ella sus 30 años.

Pasado el subidón con Lola Índigo, llegó el productor Purple Disco Machine con dos vocalistas distintas y un error por parte de la organización: durante su actuación, las pantallas anunciaron a Justin Quiles antes de tiempo. Pero el público no tuvo que esperar demasiado para verle actuar; era el siguiente. Reivindicando el reggaetón y la locura, interpretó con mucha energía y la complicidad del público sus dos grandes éxitos: “Colorín colorado” y “Loco”.

La hora indicaba que el concierto estaba terminando, pero antes del último artista, el DJ del evento Óscar Martínez levantó aún más el ánimo entre el público pidiendo palmas y poniendo “Formentera” y “Tacones rojos” de Sebastián Yatra, quien, aunque no estuvo en el WiZink Center, quiso grabar un vídeo retransmitido a través de las pantallas. Tras este pequeño descanso donde los asistentes lo dieron todo, tuvieron que sacar las últimas energías para disfrutar al máximo del último invitado. Presentado por los diez locutores de LOS40 (ocho hombres y dos mujeres, por cierto), llegó el gran Nicky Jam desde Puerto Rico para poner el broche de oro con mucha fiesta. Sonaron “El perdón”, “Travesuras”, “Hasta el amanecer”, “Ojos rojos” y, por último, los aplausos de un público que, por un momento, parecía estar en una discoteca.

Así, llegó a su fin el concierto de LOS40 Primavera Pop. Un concierto con luces y sombras, pero que volvió a unir a los enamorados de la música. Se echaba de menos ver entre los asistentes parejas, familiares y amigos dándolo todo y cantando con sus artistas favoritos. Y en directo. Que nada nos arrebate estos momentos.