La británica Jasmine van den Bogaerde, conocida por su nombre artístico Birdy, dio ayer una vuelta al mundo desde el histórico Wilton’s Music Hall en Londres, al lado del Támesis. Lo hizo con un concierto virtual y multicámara para presentar el cuarto álbum de su discografía, “Young Heart”, que verá la luz el próximo 30 de abril. Cinco años después de su último largo, Birdy vuelve con el disco más especial y complicado de su carrera grabado entre Los Ángeles y Nashville: así lo confesó ella misma en el vídeo introductorio del acto mientras la pantalla mostraba vídeos suyos tocando la guitarra y componiendo.

Redacción: Diego Simón

Aunque la sesión producida por Driift estaba pregrabada, su retransmisión fue en directo y en streaming a lo largo de todo el globo. Además, el público pudo vivir la experiencia desde sus casas con la máxima intensidad posible gracias a la gran banda que participó en el concierto, formada por ocho cuerdas, un clarinete, una trompa y tres coristas. Del mismo modo, Birdy apenas repitió el mismo instrumento en dos canciones seguidas, combinando varias guitarras y el piano sin ningún problema para dinamizar el concierto.

La cantante, que emprendió su viaje por la música con apenas 12 años, dio un espectáculo de versatilidad asombroso durante una hora y media de impecable calidad vocal. Sin salirse de su estilo musical atmosférico y melódico, Birdy demostró ser una artista completa y con gran personalidad en un concierto único, pues de momento no tiene pensado hacer más sesiones online.

En total, la artista interpretó 17 canciones: nueve antiguas y ocho del próximo álbum. De estas últimas, solo tres habían visto la luz antes del concierto: “Deepest Lonely”, “Surrender” y “Loneliness”. Las otras fueron inéditas y en Elan Cultural hemos identificado tres: “River Song”, “Little Blue” —la canción que más ganas tenía de cantar y que destacó por encima del resto porque fue la única interpretada por Birdy desde el balcón del recinto— y “Second Hand News” —publicada pocas horas después de terminar el concierto—.

La británica también incluyó varios temas de su antigua discografía en el repertorio del concierto. Tras “Shelter”, “1901” y “Tee Shirt”, llegó el momento más emocionante de la noche: la actuación al piano de “Not About Angels” a la que, posteriormente, se unió la magnífica banda. Poco después repitió esta misma fórmula con su versión de “People Help the People”, un tema original de Cherry Ghost que jugó un papel imprescindible durante sus primeros años de carrera.

Birdy reservó las últimas cuatro canciones para éxitos bien conocidos por sus seguidores: “Wings”, “Terrible Love” y sus versiones de “Skinny Love” y “Comforting Sounds”, que cerró el concierto tras siete minutos protagonizados por una preciosa instrumentación y la sensación de que Birdy estaba hipnotizada por la música. Al final, volvió a la realidad para mirar a cámara sonriendo y despedirse con la mano de un público que, sin estar presente en carne y hueso, disfrutó de este precioso concierto que allana el camino de su próximo álbum.