Que haya mucho hate entorno a los influencers no es nada nuevo: ya en los primeros años de vida de YouTube empezaron a viralizarse distintas personas que, por un motivo u otro, casi siempre terminaban siendo enormemente criticadas sin haber hecho absolutamente nada malo. Muchos de ellos se han ido de las plataformas; otros se han mantenido, y en ese grupo está Andrea Compton, una chica que empezó haciendo vídeos en Vine y en YouTube y que terminó siendo una de las personas más influyentes de toda una generación, pero, ¿qué tiene de bueno ser referente para alguien? ¿De verdad es tan importante? ¿Qué podría cambiar en el mundo si hubiese más referentes, y qué pasaría si encima fuesen más diversos que se salgan de la norma social del momento? Podéis llegar a la conclusión a estas preguntas y a muchas otras en la entrevista que le hicimos hace unos días. ¡Dentro reportaje!

Entrevista:Fran Rakela

Fotografías: Nat Enemede, @natenemede

Maquillaje: Eva Quílez, @evaq_mua

Estilismo: Carmen Ortega, @carmenbru.stylist

Elan Cultural: buenos días Andrea, ¿cómo estás?

Andrea Compton: todo muy bien, muchas gracias por contar conmigo.

Elan Cultural: gracias a ti, sobre todo por sacar un día en Semana Santa para estar con nosotros. Tú eres de un pueblo muy chiquitito. ¿Cómo vivías la Semana Santa allí?

Andrea Compton: la verdad es que no es algo que haya vivido en mi familia nunca. Yo no estoy ni bautizada, mi relación con la religión es absolutamente nula. En mi pueblo no ha habido gran cosa; quizás en el pueblo de al lado sí hacían cosas, pero yo nunca me he querido enterar, ni siquiera en las romerías, que para mí eran básicamente calimotxo, fiestas de pueblo y tener una excusa para festejar y ya. Respeto al máximo a la religión y a los que creen en ella, pero en mi familia nunca ha habido ninguna relación con la religión.

Elan Cultural: hoy en día empiezan a normalizarse cosas que antes eran motivo de bullying, como que el chico al que le gusta Disney sea el maricón de clase o que la chica que juega a videojuegos sea la friki de turno pero que, aunque se pase el día jugando, no tiene ni idea de consolas. Sin embargo, a diario se siguen escuchando miles de comentarios semejantes. ¿Por qué crees que esto sigue ocurriendo en 2022?

Andrea Compton: cuando estás dentro de una burbuja segura, rodeada de gente que no te juzga por ser friki de Star Wars, por ejemplo, es normal que pensemos que todo se está normalizando mucho porque no recibes comentarios negativos; al fin y al cabo, la gente de la que te rodeas te acepta, así que no va a criticarte y mucho menos por estos temas. La cosa es que después sales de ese círculo y te encuentras con un mundo en el que hay homofobia y todo tipo de discriminación hacia tus amigos y hacia ti mismo, te das cuenta de que el mundo no ha avanzado tanto como creías. A mí en Tinder me han llegado a decir cosas tipo “wow, juegas a videojuegos, ¡qué loca!”, y yo no puedo hacer otra cosa que pensar que esa persona está demente porque sigue pensando eso de que las chicas no juegan a videojuegos. Hace poco conocí a una influencer que después de ver mi habitación llena de merchadising me dijo “qué friki” de la misma forma en la que me lo decían cuando iba al instituto. No era a malas, pero le llamaba la atención que una chica pudiera tener una estantería con figuras de ficción que normalmente se relaciona más con hombres, como naves espaciales o dinosaurios, por ejemplo. Esto puede abrirse a muchos otros temas, claro: tengo amigas a las que les encanta el fútbol y ya se les pone la etiqueta de lesbianas. Pues mira, algunas sí y otras no, es que no tiene nada que ver. Creo que la sensación de avance máximo tiene que ver con que en nuestro círculo sí nos hemos acomodado, pero es que cuando te sales de él te encuentras a un mundo rancio que sigue estancado porque no quiere aprender. Por eso está bien que ciertas personas, personajes públicos, películas o el arte en general se expandan en este sentido, que den voz a gente que sí está en círculos parecidos a los nuestros y que consigan hacer ver a individuos que piensan cosas como esas que no tiene nada de raro que una chica tenga videojuegos pero no maquillaje.

Elan Cultural: es difícil atreverse a dar voz a estas cosas porque a cambio de la visibilidad que intentas dar, recibes un montón de hate, sobre todo si eres mujer, que siempre se la juzga más que al hombre.

Andrea Compton: absolutamente. Los onvres, con “n” y “v”, que son muchísimos, están en todos los espacios diciéndoles a las tías lo que pueden y lo que no pueden hacer. Que sí, que “not all men”, pero es verdad que generalmente los que hacen ese tipo de cosas son los hombres. Si tú hablas con Cristinini o con cualquier otra gamer importante de España, que son muchas y muy tochas, exponen este tipo de comentarios todo el rato, los exponen en redes sociales para que todo el mundo vea cómo solo al ver que son chicas les empiezan a llamar putas como poco. Es algo diario, no son cosas puntuales y ese acoso va dirigido a las chicas que hacen cosas que los “onvres” piensan que son solamente propias de hombres, como por ejemplo ser streamer. ¿En qué momento piensas que ser streamer es algo solo de hombres? ¿Cristinini no puede ser buenísima al Valorant? Es una mierda pero la realidad es que a ella se le va a juzgar muchísimo más solo por el hecho de ser mujer, y ya si durante la partida la matan o falla algún disparo o algo, apaga y vámonos, que ahí empiezan ya los comentarios tipo “es que las mujeres no sabéis jugar”.

Elan Cultural: ¿recuerdas cuándo fue la primera vez en la que asumiste que, como mujer, vas a tener que escuchar este tipo de comentarios durante toda tu vida?

Andrea Compton: (silencio). Mira, me han dicho tantas veces tantas cosas y me han venido tantas veces pensamientos de ese tipo a la cabeza que no soy capaz de localizar mi primera vez. Cuando me meto con cosas “masculinas”, así, entre comillas, es cuando tengo más críticas. Cuando hablo de Star Wars me dicen que no tengo ni puñetera idea, que no sé absolutamente nada de Star Wars. En cambio tú, como hombre, seguramente si solo has visto las últimas de Star Wars pero no te has visto las últimas cosas canon como The Mandalorian, no te van a juzgar tanto a ti como a mí, y para los que piensen que estoy equivocada, recomiendo que veáis un vídeo que he subido hace poco hablando de Perdidos, mi serie favorita de la cual sé absolutamente todo, porque tengo varios comentarios de hombres poniéndome unos tochos a lo “perdona que te explique, pero…”. Pero nada, no me expliques nada, que ya lo sé, sé muchísimo de Perdidos. Lo que pasa es que como Perdidos es de misterio e intriga, pues claro, la entiende mejor un hombre que yo, ¿no?

En videojuegos también me pasa, pero yo nunca he hecho directos como hacen las gamers de hoy en día así que es más difícil que vea esas cosas. Es verdad que mi canal de YouTube y mis redes son lugares bastante seguros; solo me veo envuelta en comentarios de onvres haciendo de onvres cuando me dirijo hacia algo que no está en mi círculo, o incluso si se me hace viral un tuit, que lo lee todo el mundo, incluyendo los que no me siguen, pues ahí sí. Me pasó hace no mucho que critiqué un vídeo del Rewind Hispano en el que revindicaban que no había españoles, y yo puse que a ellos se les había olvidado las mujeres porque no había. Bueno, eso ardió. Los onvres que llegaron, por cierto, no eran de mi canal, sino que eran fans de streamers hombres muy famosos.

Elan Cultural: quizás no eran fans de streamers, quizás eran cuentas falsas del Xokas, quién sabe.

Andrea Compton: quién sabe, todo es posible porque es que esta gente no tiene nada mejor que hacer. Mira, cuando me meto con algo que está relacionado con los hombres famosos, con streamers o youtubers, es que vamos, me intentan destrozar, pero entre tú y yo, me da exactamente igual, es un “adiós” y punto.

Elan Cultural: a lo mejor me equivoco, pero puede que ese “me da exactamente igual” venga, además de por ser una persona fuerte, de que has tenido que aprender a lidiar en tu día a día con un hate diario de ese tipo, lo cual sigue siendo una situación de mierda.

Andrea Compton: sí. Te digo: cuando eres mujer, no es que no te duela o te dé igual al cien por cien, pero es algo con lo que hemos vivido siempre así que hemos aprendido a apartarlo. Una ya se acostumbra desde pequeña a que te puedan decir “puta” o algo relacionado con tu físico, incluyendo el reducirte como persona a un simple objeto sexual. No es que estemos acostumbradas así que nos da igual siempre, porque si me preguntas a mí, a Carolina o a Henar, claro que lo pasamos mal con ciertas cosas, por supuesto, pero no es algo que nos afecte a diario porque como nos dicen de todo desde pequeñas, estamos acostumbradas. Te lo dice tu tío, o te lo dice el amigo de tu tío, o quien sea. Hablan de tu cuerpo, de si estás gorda o flaca, de si te has desarrollado ya o no, de que tengas cuidado porque te estás haciendo muy mayorcita y entonces los hombres van a ir a por ti porque te has hecho mayorcita, que estás fea, que ese pelo no te queda bien, que no te sabes maquillar… pues es que nos llevan diciendo cosas desde pequeñas, la única diferencia es que ahora también te lo dicen por internet. El hate, por lo general, lo lleva mejor una mujer que un hombre, pero no por nada, sino porque estamos más acostumbradas a vivir con él.

Elan Cultural: totalmente cierto, es algo que se ve a diario. Yo soy profe en una academia y hace no mucho una de mis niñas de primaria me dijo que odia el Covid porque antes jugaba con sus amigos y sus amigas, pero que desde la vuelta de la cuarentena de 2020 “los chicos se han vuelto muy tontos porque ya no juegan con ellas y les llaman planas y putas”.

Andrea Compton: qué fuerte, y la pobre se piensa que es cosa del Covid. Es muy doloroso porque cuando te llegan esas cosas por primera vez no sabes lo que pasa, crea mucha confusión e inseguridad en una misma.

Elan Cultural: también es cierto que nunca he tenido a tantos alumnos y alumnas que hablen abiertamente de que van al psicólogo gracias a la normalización que se está dando por parte de personajes públicos, series y películas, así que al menos sí estamos dando algún que otro pasito.

Andrea Compton: yo creo que sí, porque es verdad que la gente joven está siguiendo a muchos influencers, streamers y youtubers, y ahora se ha puesto en boca la salud mental y la diversidad en todas sus formas, entonces si esas personas siguen a gente como Cristinini, que te explica este tipo de cosas, pues a lo mejor aprende a afrontarlas un poco mejor, o entiende que el problema no es que tenga poco pecho, sino que el que la llama plana es un imbécil, o incluso a lo mejor la escucha un chico y gracias a ella coge a sus amigos y les dice que paren de insultar gratuitamente porque se ha dado cuenta de que lo que está haciendo no está bien. Además los padres que ven esos mismos contenidos pueden plantearse el llevar a sus hijos al psicólogo. Es que el tema de los referentes es importantísimo.

Elan Cultural: sí, y afortunadamente cada vez hay más referentes que visibilizan más la igualdad y la diversidad. Antes apenas había referentes femeninos en el cine, por poner un ejemplo, pero incluso cuando los había, como podrían ser “Buffy” o “Xena”, seguían siendo “series de chicos”. 

Andrea Compton: totalmente. La cosa va mejor, aunque ni de lejos está todo hecho. Mira, mi hermana estudia promoción de la igualdad de género y sabe una locura de cosas, pero es que incluso antes de empezar a estudiarlo ella sabía mucho más que yo cuando tenía su misma edad. Yo me consideraba una chica fuerte, pero seguía pensando que mandaban ellos porque todo giraba entorno a su alrededor. Me ha costado mucho aprender que no es así, pero veo que mi hermana lo ha aprendido mucho antes y creo totalmente que las chicas y chicos que han nacido en 2010 sabrán más que mi hermana, que ha nacido en 1999. La cosa va adelante, o eso quiero pensar.

Elan Cultural: uno de los cambios de una generación con respecto a otra es que ahora no todo vale. Hoy en día no se permitiría a un Carlos Lozano diciéndole en todas y cada una de las galas de OT a Rosa que tiene que adelgazar porque está gorda.

Andrea Compton: uff, Carlos Lozano… mira, yo creo que la cultura de la cancelación siempre ha existido, pero que ahora tiene espacios diferentes y se da en sitios que antes no. Yo soy fan de los Beatles y he visto cómo les han cancelado cada dos por tres porque decían cosas tipo “somos mejores que Jesucristo”, que parece una chorrada pero la gente salió a la calle a quemar sus discos y sus vinilos. La cancelación ha existido siempre, pero tenía otras formas. Antes tenía más relación con la religión, pero cuando algo tenía que ver con la mujer, rara vez se cancelaba. Ahora ha cambiado.

Elan Cultural: más que cambiar, ahora se ha ampliado, la cancelación religiosa sigue. Que se lo digan a Drag Sethlas, que le quisieron llevar a la cárcel por hacer una performance religiosa, o a Willie Toledo por cagarse en la virgen.

Andrea Compton: sí, es cierto. También está lo que pasó con Dani Mateo con la bandera de España, lo de C. Tangana y Natty Peluso con lo de “Ateo”… es que se montan unos pollos que madre mía. Las cancelaciones existen de toda la vida, solo que ahora en Twitter la gente cancela cada minuto porque, ¿por qué no? A mí lo que me preocupa es la salud mental de ciertas personas cuando mil millones de usuarios van a por ellsa. Hay veces que veo justificada la cancelación, pero al mismo tiempo me parece muy preocupante el ser demasiado bully porque en casa, esa persona puede parecerle un mundo entero lo que está pasando, aunque realmente solo está pasando en Twitter porque tú sales a la calle y no está pasando de verdad. En ocasiones me parece preocupante, en otras me parece justo… supongo que depende de la persona y de lo que haya hecho.

Elan Cultural: hay veces en las que la cancelación tiene efecto real dependiendo de si le cancela una persona de a pie o si lo hacen los ricos. A Will Smith le han cancelado personas ricas y empresas millonarias y ha tenido consecuencias negativas reales, pero al que se metió con su mujer solo le han cancelado las personas que vieron una burla hacia Jada, no las empresas o los empresarios, y lo que ha pasado es que ha triplicado su caché y ha vendido todas las entradas de las funciones que estaba haciendo cuando lo que hizo claramente no estuvo bien.

Andrea Compton: ya. Meterte con la alopecia de una mujer es muy fuerte, y además el pelo en las mujeres negras tiene una importancia simbólica brutal. No está bien lo que hizo, pero tampoco voy a justificar la torta que le recibió por parte del otro y tampoco entiendo que luego venga Jada a decir que no tenía que haberse casado con Will. Fuera de esta trama que no entiendo, vuelvo al tema del pelo en las mujeres negras, es que es importantísimo. Hay un documental de cómo incorporaron en la película “Soul” todo el tema de la peluquería porque es súper importante para la comunidad negra y no podían hacer una película en la que el protagonista es negro y vive en cierta época en la que no iba a pasar treinta veces en la peluquería. Es que incluso podemos ver que es un lugar en el que están muy cómodos con la gente, es algo importantísimo y nosotros, las personas blancas, no lo sabemos, así que que venga este señor a meterse con su alopecia pues tela. Pero bueno, en el caso de la familia de los Smith, es que me parecen un circo todos ellos, y que Will Smith se levante como un chulo a meterle un guantazo a alguien me parece una locura.

Elan Cultural: totalmente. De todas formas creo que es muy atrevido aventurarse a señalar si alguien merece realmente una cancelación o no, hay casos y casos.

Andrea Compton: sí, por supuesto, pero hay otras veces en las que se ve claramente que se cancela injustificablemente a cierta gente. Anda no habré leído varios “qué cringe da BTS, los chinos esos”, por ejemplo. ¿Son el grupo koreano más exitoso que hay y tú estás diciendo que da cringe y por eso les cancelas? Pues no, lo que pasa es que no te gustan y punto, y está bien que no te gusten, pero no dan cringe y desde luego que te lo dé no es motivo de cancelación. Es gente que curra desde que tiene doce años, y bueno, la industria que hay detrás pues será igual o parecida a la que hay en Hollywood, seguramente quienes les llevan y gestionan funcionen de una forma muy similar a la quienes llevaban a las Olsen, y eso sí se puede criticar, ¿pero decir que dan cringe solo porque tienes racismo en tu interior y en tus venas? Pues no está justifiado, y punto.

Elan Cultural: de BTS, por cierto, me alucina que sea una parte muy importante del PIB de Korea y que ellos solo ganen el 2 % de lo que se gana, es que el 98 % ni lo ven. Es una explotación en toda regla.

Andrea Compton: ya, y mira, estos niños se lo merecen todo, pero es que es lo de siempre. Si te ves el documental de los Backstreet Boys o las Spice Girls, es que wow. Es que me dan ganas de meterme dentro de los documentales y gritarles “PARAD, dejad de robarle dinero a esta gente, que son los mejores”, y, por cierto, mencionar que eran todos señoros. Todo es una locura, es que los Backstreet Boys no cobraron un duro ni cuando eran número uno en el mundo porque les robaban. Es un poco lo que les está pasando a BTS. ¿Qué cojones pasa para que Taylor Swift esté haciendo versiones de sus propias canciones ahora? ¿Qué mafia hay montada para que esto sea tan conocido por gente que no tiene nada que ver de ese mundillo? ¿Por qué Karina no está bañándose en billetes ahora mismo? Es que la industria de la música tiene que ser horrible, no me gustaría vivirla de primera mano nunca.

Elan Cultural: volviendo a lo anterior, tú como personaje público habrás tenido alguna polémica en internet en la que haya habido gente que te cancelara. Ya que estamos en Semana Santa, viene a cuento preguntarte cómo has resucitado cuando has vivido una situación así.

Andrea Compton: a nivel personal me ha pasado muchas veces el tener que decir “bueno, Andrea, tienes que sobrevivir”. En los últimos años me ha ayudado mucho la psicóloga y el deporte, es sin duda lo que más me ha ayudado a poder pararme y pensar. A nivel profesional no me ha pasado de momento, y cuando veo que el pánico me va a llegar porque no sé por dónde tiro, lo intento gestionar como puedo. También te digo que me he dedicado a doscientas millones de cosas en el campo audiovisual así que creo que no he tenido que resucitar nunca, lo único que puedo decirte es que espero que esa creatividad nunca se agote. Creo que te he dado una respuesta un poco obvia porque todos sabemos que es importante gestionar las cosas con el deporte y el psicólogo, pero es que es verdad, creo que son herramientas fundamentales para gestionar lo que te está pasando y para aprender a quitarle importancia a cosas que realmente no son tan graves, y es buenísimo no parar de decirlo porque luego te llevas sorpresas inesperadas. El otro día estaba con mi padre y le pregunté qué tal estaba. Me respondió que me dijera que él estaba bien, pero que de salud mental se lo tendría que decir un psicólogo. ¿Cómo? ¿Perdón? Le pregunté si le pasaba algo o si estaba triste, y me dijo que no, que está bien, pero no sabía si de salud mental andaba bien. ¿No es algo millenial lo de hablar así de la salud mental? Yo es que no he escuchado a mi padre decir las palabras “salud mental” ni en mi niñez ni en mi adolescencia, nunca jamás.

Elan Cultural: yo siempre digo que un adulto no es más que un adolescente con canas, todo el mundo tiene la capacidad de aprender si quiere hacerlo de verdad.

Andrea Compton: absolutamente. Me sorprende mucho porque siempre hay muchas personas que van de saberlo todo, ¿no? No sé, para mí mi madre sí ha estado adelantada en muchos aspectos y me hablaba de cosas que otras madres no hablaban con sus hijas. Me hablaba de sexo, me hablaba de masturbación, me hablaba de un montón de cosas, pero mi padre siempre ha estado muy lejano a esto y cuando el otro día dijo “salud mental” me dieron ganas de hacernos una foto para enmarcarla y celebrarlo. Me parece interesante que no solo esté llegando a gente joven, sino que gente más adulta pueda aprender, porque todo el mundo puede aprender. Mi yaya puede aprender. Ella me enseña y yo le enseño a ella que hay comentarios que le vienen porque ha recibido una educación que tiene que quizás tenga que limar, y ella aprende con sus 88 años. Nunca se es tarde para aprender, y yo la primera.

Elan Cultural: gran parte del aprendizaje se debe a la visibilización que los personajes públicos ofrecéis en vuestras redes. Tú hablas siempre que puedes de tallas grandes, y es que no hay tallas grandes en casi ningún lado. Nuestra estilista Carmen ha tenido millones de problemas para encontrar tallas grandes para sus trabajos porque no hay en los showrooms ni en casi ninguna tienda.

Andrea Compton: no, no hay. Carmen, que, por cierto, es la mejor estilista del mundo, te amo (risas). Mira, sobre esto podría hablar durante mil horas. Como persona nacida en los 90, empiezo diciendo que esa fue una época muy difícil para las chicas porque en la moda se llevaba una delgadez extrema, una delgadez acompañada de unas ojeras marcadísimas y otros problemas físicos y psicológicos muy graves. Eso que antes estaba en las pasarelas fue trasladándose poco a poco a la vida real y todo terminó siendo muy heavy. Estar delgada y tener ojeras es totalmente válido, sí, pero llegar a unos límites insanos era casi la exigencia de todo el mundo y eso es lo que no está bien. A mí la ropa me la compraba mi madre cuando era pequeña. En ese entonces tenía una talla más normativa, pero seguía siendo la gorda de clase pero porque te conviertes en la gorda de clase cuando pesas un kilo más de lo establecido, y en los 90 lo establecido sería como mucho unos 55 kilos aunque midieras 1’70.

Cuando llegó el instituto, iba en chándal a todas partes porque no había ropa de mi talla. Yo quería vestir como Avril Lavigne, pero Avril Lavigne no tenía pecho, era recta y tenía unos pantalones chulísimos de camuflaje que no existían en mi talla de ninguna forma. Como no había tallas, yo no podía comprar en ningún sitio que no fuera HYM, y ahí tenía una talla 42 más o menos, que es una de las tallas más pequeñas dentro de las tallas grandes. Yo he llegado a tener una talla 52 y ha sido absolutamente imposible comprarme ropa. El cambio vino cuando apareció Asos, marca para la que no trabajo aunque pueda parecerlo, pero es que ha sido mi salvación. He llorado mares por no poder ponerme la ropa que me gustaba, que es la apretada, me gusta el negro, el roto, no sé, yo tenía referencias un poco emo a la hora de vestir. Llegó Asos a mi vida y vi que me podía poner la misma ropa que gente de la talla 32 teniendo yo una 46 o 48, así que me he vuelto loca con la ropa. Me gasto mucho en ropa porque al haber tenido tantos problemas con la ropa, ahora por fin he dejado de tener problemas para vestirme.

Sigo reivindicando mucho este tema porque las personas gordas están invisibilizadas y no tiene razón de ser, y es algo que aunque también se vea en hombres, se ve mucho más en mujeres. Para mí una mujer gorda ya es una mujer activista porque como están invisibilizadas en todas las categorías existentes, una mujer que habla de comida y es gorda, ya está haciendo activismo porque están haciendo algo que no se ve, que se invisibiliza siempre que se puede, pero es que cuando sales y tratas de hacerlo visible, salen con palos a darte en la cara con lo de la salud, es que es una locura. Tengo amigas y compañeras que reivindican cada día un millón de cosas y yo intento hacer lo mismo, yo intento ayudar con la ropa de chica porque podéis ser la Lizzie McGuire que no os dejaron ser en los años 2000. Comparto mucha ropa para gordas, comparto muchas modelos gordas, comparto muchas deportistas gordas, comparto muchas tías gordas que hacen bailes o mil cosas porque tienen que vernos, y no solo mujeres, también tienen que vernos los hombres heteros tienen que empezar a abrir sus cerebros, tienen que parar de juzgarnos y criticarnos. “Me estás obligando a que me gusten las gordas” me han dicho muchas veces. Pues no, y no lo hago, para empezar, porque “las gordas” no es una categoría. A mí me gustan los gordos como los delgados, para mí no es una barrera, pero no me van a gustar todos los gordos del universo, ni me van a caer bien, ni me van a parecer atractivos, pero no porque sean gordos, sino porque no todos tienen que gustarnos. Yo solo intento compartir toda esa parte para que les entre por los ojos y les dé gusto, tanto a las chicas como a los chicos. Es una lucha importante y es importante no parar de decir que los cuerpos gordos son necesarios todos los días porque la gente se hace mucho daño por el cuerpo, tienen unas TCAs horribles, no salen de casa, no se ponen ropa, no tienen relaciones, lloran por su cuerpo, prefieren morirse en su habitación antes de salir por los insultos que reciben, se autolesionan por el físico porque cuatro personas no paran de insultarles por ser gordos… en TikTok hay un montón de chicas reivindicando esto todos los días porque las insultan por cada cosa que hacen simplemente por ser una persona gorda. Es que tío, que se callen la puta boca. Es horrible y hay que pararlo, y para ello hay que hablar de ello.

Elan Cultural: es un tema muy profundo que toca muchísimas cosas. Vestirse no es solo una cuestión estética, sino que es una seña de identidad, y si no hay ropa para alguien porque es gordo, en vez de vestirse acorde a su propia identidad, tiene que ir vestido con la identidad que dictaminan las tiendas de ropa para personas gordas. Es una negación constante de su propio ser.

Andrea Compton: exacto, y es que todas las tiendas que tienen ropa para gordas resulta que solo tienen ropa de señoras, y mira, yo seré una señora a veces, pero me gustan mis tatus, me gusta sentirme Avril Lavigne, me gusta sentirme Lizzie McGuire, ¿por qué tengo que vestir siempre como señora cuando yo no siempre quiero ir así? ¿Por qué no me dejan vestir con mi personalidad como al resto de gente? ¿Por qué tengo que vestir únicamente con ese estilo de ropa solo por ser gorda? Es que la ropa de gordas siempre es igual: camisetas muy anchas y largas que tienen un Mickey Mouse, vestidos enormes que no tienen la forma de tu cuerpo, no hay nada ajustado, no hay nada recortado, no sé. ¿Por qué me impones que vista así? No quiero vestir así, es agotador. Pero bueno, al menos ahora tenemos Asos, Shein o alguna más, y como estoy muy feliz de poder compartir este tipo de cosas.

Elan Cultural: este trato diferente a las personas gordas es algo que mamamos desde bien pequeñitos: cada vez que en una serie de dibujos animados meten a un personaje masculino gordo es para hacerle el graciosete, como el Sr. Smee de Peter Pan o TJ de La banda del patio, pero cuando meten a un personaje femenino gordo es para hacer de villana, como Úrsula de La Sirenita.

Andrea Comtpon: sí, siempre nos han representado así. ¿Alguien se imagina a una Spinelli gorda? No encajaría con su forma de ser a ojos de la sociedad. La gordofobia está muy extendida tanto en hombres como en mujeres, pero es verdad que a la mujer siempre se la mira con lupa y al hombre no tanto. Ibai habla mucho de eso. Tiene un público muy bestia que le insulta todos los días de su vida y no sé cómo lo estará gestionando, tiene que ser muy duro que te llamen gordo todo el tiempo, o que estés comiendo algo mientras haces un directo y te dicen que eres un gordo, es que tiene que ser muy duro. Nos crían con eso y tiene unas consecuencias terribles.

Elan Cultural: para terminar, ¿cuáles son los próximos proyectos que tienes en mente?

Andrea Compton: de momento voy a seguir con los podcasts en los que estoy y seguiré subiendo vídeos a YouTube, que es algo que me apasiona. Si tuviera algún proyecto más yo creo que explotaría, pero a mí me gusta muchísimo el cine y me gustan muchísimo las series, entonces de cara al futuro te puedo decir que me gustaría meterme en la escritura de proyectos de ficción. Cuando era adolescente escribía muchos cortos, muchos guiones, íbamos los cuatro amigos a escribir cosas y me gustaría recuperarlo.

Entrevista: Fran Rakela

Fotografías: Nat Enemede, @natenemede

Maquillaje: Eva Quílez, @evaq_mua

Estilismo: Carmen Ortega, @carmenbru.stylist