La paradoja de los concursos musicales es que pueden impulsar la carrera de un artista desconocido o, por el contrario, hundirle y quitarle la ilusión por seguir dedicándose a la música. Algo parecido a lo segundo le ocurrió a Israel Del Amo, concursante de Factor X España en 2018 que, tras su aparición en televisión, estuvo a punto de abandonar su sueño. Por suerte, el zaragozano ha conseguido enderezar su carrera y así lo demostró la tarde del pasado 25 de noviembre en el Hard Rock Hotel Madrid durante el pequeño concierto de presentación de su segundo álbum “La luz que escondimos”, aunque todavía no tiene fecha de lanzamiento.

Crónica y fotografías: Diego Simón

Unas 50 personas, entre ellas parte de su equipo artístico y amigos, fueron testigos del primer directo del cantautor desde hacía casi tres años, durante los cuales ha estado creando y perfeccionando su nuevo proyecto. El público, distribuido en la entrada del hotel en semicírculo, tenía en el centro a Israel Del Amo vestido con un traje gris y sentado delante de su pequeña banda de piano, percusión y guitarra acústica. Tras unos minutos de espera, el artista comenzó a cantar su primer sencillo “VENUS – (Murallas)” con algunos fallos técnicos que no volvieron a repetirse a lo largo del concierto.

“Estoy muy emocionado. Llevo nervioso toda la semana, como si esto fuera mi boda”, confesó el artista entre las risas del público antes de explicar cómo surgió el nombre del disco: “Estuve un mes buscando y lo encontré cuando dejé de pensar en él. Un día, le pedí fotos a mi madre de cuando era pequeño y le dije a ese niño: «Cuánta luz escondimos…»”. Este álbum no solo le ha permitido conocerse mejor, sino también interesarse un poco más por la astrología, pues decidió relacionar cada composición y cada vivencia personal con planetas y estrellas.

Llegó el turno de “EL SOL”, una canción que todavía no ha visto la luz que responde a las críticas que recibía de pequeño por estar demasiado ausente del mundo: “Sí, estoy en la luna. […] Ahora puedo verme como soy. […] Si crees que puedes volar sin límites, seremos inmortales”. Israel animó al público a cantar porque sabía que después venía la balada “NEPTUNO”, otra de las composiciones sorpresas de la tarde. El cantante se puso de pie y resumió la letra en una frase: “En las relaciones, se generan tormentas que no permiten ver a la persona que amabas igual”. Quiso dedicársela a Eduardo Soto, la persona que consiguió hacerle recuperar la ilusión para vivir de la música: “Si llega la tormenta, haremos que se acabe. […] Hoy quiero recordarte que no fuimos cobardes”.

Tras hacer un pequeño homenaje al director de sus últimos videoclips, Román Reyes, presentó por primera vez “SATURNO”, una composición sobre una historia de (des)amor: “Ya no quiero verte más. Ahora solo soy tu frialdad. […] Deja de alimentar al ego que nos hizo mal”. Acto seguido cantó una versión muy personal del clásico de Mecano “Hijo de la luna”, aunque el momento más emotivo de la tarde llegó justo después con la interpretación a capela de “No volveré”, la canción de Israel que cantó en Factor X y con la que no se ha reconciliado hasta ahora. Quiso dedicársela a todos los asistentes y reconoció que su experiencia en la televisión le traumatizó y provocó que esta composición le generase ansiedad. Aun así, consiguió volver a emocionarse con ella y conectar con su historia.

A partir de aquí, Israel dio la vuelta al concierto y animó el ambiente con otra de las canciones desconocidas para el público: “Lo siento si me atrevo a amarme un poco más. […] No cumplí tu expectativa. […] Yo quiero más de lo que tú me das”. Para terminar, quiso reservarse su último single “LA TIERRA – (Donde nunca vi)”, inspirada en vivencias fuertes que ha experimentado desde pequeño hasta hoy.

Israel empezó a despedirse reconociendo que se le había hecho muy corto y que no quería irse. A los asistentes tampoco le bastaron los 50 minutos de espectáculo y reclamaron una última canción. El artista y su banda, al no haber ensayado ninguna más, volvieron a tocar “VENUS – (Murallas)”; esta vez sin ningún fallo técnico. Fue un cierre impoluto para un concierto que aumentó las ganas de los espectadores de escuchar “La luz que escondimos”, y así lo demostró la inmensa ovación que le dedicaron a este joven artista al que auguramos un futuro muy prometedor.