Ayer por la tarde ya teníamos escrita la crónica del Rita’s Pride by LELO y estaba casi lista para ser publicada, pero tras los últimos acontecimientos en las manifestaciones de anoche que, por muy pacíficas que fueran, terminaron con varios policías asentando golpes a diestro y a siniestro y sin razón de ser a los manifestantes que solamente querían condenar el aumento desproporcionado de los actos homófobos que estamos viviendo en España, nos hemos visto en la necesidad de reescribir algunas partes que, creemos, deben ser mencionadas.

El orgullo, por mucho que ciertos grupos de dudoso sentido democrático se empeñen en decir una y otra vez, no es una fiesta de mamarrachos que quieren beber y darse placer mientras se sacan un dinero en “sus chiringuitos”. Este orgullo en concreto ha sido más necesario que cualquiera de los vividos en estos últimos años porque, por desgracia, parece que todos los avances que se han conseguido hacer en el ámbito de la igualdad y la tolerancia están siendo engullidos por una nueva oleada de odio y discriminación, y mucha culpa de esto la tienen tanto los grupos políticos extremistas como los medios de comunicación que han blanqueado su imagen hasta el infinito.

No se puede consentir que en pleno 2021 países como Hungría prohíban hablar de la existencia de personas LGBTI a menores de edad, como si fuese un colectivo apestado o enfermo. No se puede consentir que en España, uno de los países supuestamente más avanzados en todo lo relacionado con el colectivo LGBTI, invisibilicen a las personas trans migrantes y/o menores y a las personas de género no binario. Invisibilizar a un grupo de personas es sinónimo de fingir que no existen, es no reconocerlas, no querer verlas, no dar por válidas sus identidades, es lo mismo que negarles la existencia. No se puede consentir que en pleno 2021 un grupo de doce desalmados haya asesinado a una persona por el simple hecho de ser homosexual, y, desde luego, como medio de comunicación que somos (siendo conscientes de nuestro humilde tamaño y del contenido que solemos ofrecer), creemos que hacer un artículo sobre cualquier evento que tenga que ver con el orgullo y no mencionar las brutalidades que se están viviendo, como si no estuviera pasando nada, nos convierte en cierta forma en cómplices de que estas cosas sigan ocurriendo. Hay que frenar esto y hay que dejar de fingir que no ocurren este tipo de cosas, porque, por desgracia, ocurren día a día.

El Rita’s Pride by LELO ha sido mucho más que un simple cierre de fiestas y celebraciones: ha sido un evento que prácticamente empezaba a las seis de la tarde con una carrera de tacones presentada y arbitrada por La Prexy (muy divertida en todo momento, por cierto). Es importante hacer memoria y reflexionar sobre lo que teníamos y sobre lo que tenemos actualmente: hace unos años habría sido impensable la idea de hacer un festival al aire libre que empezara con una carrera de tacones a plena luz del día y cuyo cartel esté formado básicamente por Drag Queens como La Prohibida, Kika Lorace, Svet Von Bathory, Porca, Hornella o Úrsula EStar Moderna. Por desgracia, el arte drag hoy en día sigue relegado al mundo de la noche, y como bien canta Chenoa, “Nada es Casualidad”: es el momento del día en que la sociedad te deja ser quien eres, y no por generosidad o empatía, sino porque no te tienen que ver así que es como si no existieras. Es triste e injusto, pero es una metáfora muy clara. Para muchas personas, el mundo del drag siempre ha tenido un motón de connotaciones negativas en las que lo único que parece haber es droga y alcohol, y no es así. El drag es libertad, el drag es ser uno mismo, el drag es exposición, el drag es aceptarse y aceptar, el drag es vivir y dejar que otros vivan. Es triste que un concepto artístico que defiende tanto la libertad (la real, no la de Díaz Ayuso), sea relegado al mundo más oscuro, el de la noche, pero el hecho de que se celebrase un evento lleno de drags cuando el Sol aún molestaba por su intensidad es una prueba bastante clara de que algo estamos avanzando como sociedad, aunque quede mucho camino por delante. El Rita’s Pride fue un evento absolutamente seguro para todxs en el que no hubo ni un solo ápice de miedo, de odio o de desigualdad: allí nadie era más que nadie y todo el mundo podía mostrarse tal cual es bajo el mismo Sol, sin miedo. Como debería ser siempre.

Fue un soplo de aire fresco teniendo en cuenta los días que nos está tocando vivir. Normalmente las empresas tiñen sus logos con los colores del arcoíris en el orgullo aunque no llegan a hacer reivindicaciones reales más allá de la foto de perfil de Instagram y Twitter, pero siempre hay excepciones que confirman la regla y hay que agradecer a los Autocines Madrid RACE que vieran con buenos ojos el hacer allí el Rita’s Pride de este año (porque seamos sinceros, podrían haber llamado a los cuatro cantantes cis heterosexuales de siempre para vender todas las entradas y tener un cartel con un total de cero representación LGBTI en vez de contar solo con drag queens) y a LELO por patrocinar dicho evento. Estas son las acciones que realmente hay que tener en cuenta, y no el poner dos tuits para quedar bien y dejar ahí la cosa.

Entrando ya en la parte más cultural, fue sobre las 20:40 aproximadamente cuando una reluciente y maravillosa Kika Lorace apareció en el escenario a ritmo de “Chica, welcome to Madrid”, un inicio genial para darle la bienvenida a un público que venía de muchísimas zonas diferentes del globo, y es que aunque sigamos estando en plena pandemia, la luz al final del túnel está empezando a vislumbrarse y muchos quisieron acercarse a la capital para disfrutar de un ambiente seguro en el que cupiese todo el mundo.

No podía faltar en el orgullo alguna mención a la Presidenta de la Comunidad de Madrid, que tiene su peculiar forma de apoyar al colectivo y a la libertad de las personas pactando con partidos de ultraderecha, aceptando revisar las leyes LBGTI para contentarles o ir haciendo declaraciones como que “las agresiones homófobas son casos puntuales”; pero no fue una mención gratuita, todo tiene una razón de ser: nuestra drag de peluca rosa favorita dijo que vivió algo que ni si quiera le deseaba a la Presi o incluso a su peor enemiga, y es que a la pobre Kika le pusieron los cuernos con chicos de Grindr hace unos años. Fue precisamente esta experiencia lo que le hizo escribir la siguiente canción en sonar, “La reina del Grindr”.

Por último, no podía faltar su “Chueca es genial”, una versión del “Bajo del mar” que literalmente todo el público cantó y bailó desde sus respectivas mesas y con sus correspondientes mascarillas puestas, porque la gente iba a pasarlo bien, sí, pero la seguridad estaba por delante de todo lo demás.

Después de Kika llegaba el turno de La Prohibida, pero para amenizar la espera y que la gente siguiera dándolo todo pese al calor que hacía, Mateo Franjo se puso a pinchar unos temas que iban desde los maravillosos años 2000 hasta el actual Ram Pam Pam de Natti Natasha con Becky G.

Hay que mencionar, además, que los Autocines Madrid RACE tuvieron una organización absolutamente brillante. Como el público no podía estar de pie, cada grupo de personas con entrada tenía su mesita con su sombrilla, por lo que el Sol no pegó tan fuerte como podría haberlo hecho y se pudo disfrutar del aire libre incluso en las horas más calientes. Por si este “detalle anticalor” no fuera suficiente, resulta que contrataron a personal encargado de mojar a la gente con refrigeradores para que no pasaran calor, y encima los precios de las bebidas eran muy asequibles para ser un festival, así que aprobaron el examen con nota. Por otra parte, el personal de seguridad estuvo muy atento en todo momento para que nadie se saltara las normas de seguridad, como podría ser, por ejemplo, el quitarse la mascarilla cuando no estás consumiendo. Supieron demostrar que cuando se hacen las cosas bien, la cultura es mucho más que segura.

Llegada La Prohibida, todo el mundo se puso en pie para cantar con ella su “Eres tan travesti”, aunque por problemas técnicos tuvo que empezar de nuevo –eso sí, sin perder un ápice de profesionalidad y de buen rollo-. El sonido, al igual que el del resto de conciertos, fue muy bueno, y el escenario con el castillo de pega y la noria iluminada con los colores del orgullo fueron una pasada. Todo estaba saliendo bien y la gente disfrutaba como cuando no había covid y podía bailar, desde sus respectivos sitios, sin miedo pero con seguridad. Allí todos fueron libres y felices de poder ser.

Tras esta apertura, animó al público para que gritase con ella y hacer que se vinieran arriba, y la respuesta fue muy buena. “Mujer de bien” fue su segundo y penúltimo tema en sonar y, de nuevo, fue un gusto ver cómo la gente bailaba y cantaba como en los viejos tiempos. “Baloncesto” sirvió como el broche de oro, una canción que lo tiene todo: ritmo, letra e incluso un muy buen vídeo (corred a verlo haciendo click aquí).

Los shows se fueron continuando y otras drags como Svet Von Bathory, Porca u Hornella siguieron la fiesta con covers de temazos como “Retorciendo palabras de amor” o “Rise like a Phoenix”, intercalándose con canciones puestas por el DJ como la atemporal “Gasolina” de Daddy Yankee. Las tres tuvieron muy poco tiempo de actuación, pero supieron aprovecharlo y lo dieron absolutamente todo en el escenario, consiguiendo que la fiesta no decayera en ningún momento. El Rita’s Pride fue un evento que funcionó a la perfección en todos los sentidos y que recomendaremos encarecidamente el año que viene si vuelve a repetirse (crucemos los dedos).

Galería de fotos del Rita’s Pride Madrid, del Autocine RACE Madrid y del público. 

¡Mil gracias por llegar hasta aquí!