El caos fructífero de Victoria Martín, Zahara y Samantha Hudson, los relatos y la ficción narrados únicamente por hombres y cómo escribir guiones para hacer parecer inteligente a personas como Toni Cantó son algunos de los temas de los que hemos hablado con Henar Álvarez, una de las cómicas y guionistas con más garra en el mundo de la comedia. Nos reunimos en el estudio muy temprano con café en nuestra mano (porque nosotrxs también somos humanas de piel) para hacer uno de esos reportajes que tanto nos gustan: con desparpajo, personalidad y con alguien que tiene muchas cosas que aportar.
Entrevista: Luis Sánchez, @luis_brato
Fotografías: Nat Enemede, @natenemede
Maquillaje: Eva Quílez, @evaq_mua
Estilismo: Carmen Ortega, @carmenbru.stylist
SHOWROOM: Plashion comunicacion
Vestido largo satén blanco: Rafael Santiago @rafaelsantiago_oficial
Vestido largo degradado verde: Sara Santiago @sarasantiagodesign
SHOWROOM: 15 Segundos Store
Kimono plateado: Isabel Gomila @isabelgomilaig
Elan Cultural: buenos días, Henar. Eres una persona que ha trabajado en muchos campos: guionista, colaboradora de radio, escritora, cómica… pero, ¿cómo te describirías exactamente?
Henar Álvarez: me describiría como cómica y guionista. Llevo mucho haciendo varias cosas relacionadas con ello, pero es cierto que hasta que he conseguido vivir de la comedia ha habido un proceso largo, y es cierto también que ahora hago mucho menos guion y que lo que escribo suele ser para mí. En definitiva, soy una persona que se dedica a escribir. A mí lo que más me gusta en la vida es la escritura, siempre ha girado en torno a mi carrera profesional, yendo desde artículos en periódicos y revistas hasta escribir un libro propio, e incluso está conmigo cuando hago comedia; considero que mi comedia es literaria porque hay gente que es muy de acting e improvisación y yo me lo escribo todo, aunque después este método me dé una base para poder improvisar. Yo me lo preparo todo mucho, escribo mil millones de chistes aunque después solo use la mitad. Es lo que me hace sentir bien, así que creo que es así como me definiría: soy una persona a la que le gusta escribir en diferentes modalidades.
Elan Cultural: además de escribir, lees mucho y sueles compartir en las redes sociales lo que aprendes con la lectura. No hay mucha gente del mundillo al que perteneces que haga eso.
Henar Álvarez: sí, me gusta muchísimo escribir y me gusta muchísimo leer porque aprendo cosas sobre el mundo desde puntos de vista en los que no me había posicionado porque no me había planteado ciertos temas o simplemente porque me había sido imposible posicionarme debido a que las circunstancias de quien escribió el libro que fuera eran radicalmente diferentes a las mías. Me gusta entender lo que me pasa y lo que va ocurriendo en el mundo a través de la escritura de otras personas.
Tengo 37 años; cuando cumplí más o menos 30, que fue cuando empezó la explosión del feminismo en los medios de comunicación, me di cuenta de que aunque yo nunca he parado de leer, siempre he estado leyendo a tíos y nunca a mujeres. Escuché que alguien, no recuerdo quién, dijo que solo leemos a hombres, y me di cuenta de que era verdad. Intenté hacer memoria de lo que nos mandaban leer en los institutos y solo conseguí acordarme de un libro de una mujer: “Nada”, de Carmen Martín Gaite. Que me hayan mandado como lectura obligatoria un solo libro de una mujer en toda mi educación es una mierda.
Elan Cultural: es verdad que en los institutos no se enseña literatura escrita por mujeres. De hecho, muchas veces se da a autoras con el pseudónimo masculino con el que firmaban para conseguir publicar, como pasó con Cecilia Böhl de Faber firmando como Fernán Caballero en sus libros, y no cuentan que eran mujeres. Hay muchos alumnos a los que nunca les han enseñado que Fernán realmente era Cecilia.
Henar Álvarez: es que el sistema educativo es terrible, las mujeres brillan por su ausencia. Mira, hace un tiempo salió una noticia que decía que en los planes estatales de filosofía se van a añadir ocho mujeres. Eso significa que hasta ahora nadie estudiaba a ninguna mujer, exceptuando alguna comunidad autónoma que metía a alguna autora de forma optativa, como Simone de Beauvoir en Valencia, pero vaya, que era una cosa opcional que solo se metía si lo consideraba el profesor en aquel momento. Al final, una mujer crece pensando que para ser alguien necesita ser hija de un rey, ser santa, no sé, cosas muy locas que no se enseñan en ningún FP. Da mucha rabia. Cuando empecé a leer a mujeres mi forma de ver el mundo cambió totalmente. Me di cuenta de repente de cómo estaba atravesada por la mentalidad masculina para todo, ha sido un descubrimiento total.
Elan Cultural: Galdós incluyó en su libro “Tristana” las cartas que le enviaba su amante, Emilia Pardo Bazán, sin pedirle permiso y sin darle crédito alguno, y prácticamente ningún profesor lo cuenta. Lo que sí te explican es la sensibilidad y la emotividad que tenía Galdós en esas cartas. El trabajo y el talento de las autoras siempre quedan opacado por los hombres y nunca ha parecido importarle al sistema educativo.
Henar Álvarez: sí, es que es muy fuerte. Desde hace unos años ya se está empezando a hablar más de esto, pero es muy fuerte que se haya tardado tanto en decir en voz alta y que hoy en día todavía sea difícil escuchar estos discursos en radios, en televisión o incluso en institutos.
Elan Cultural: volviendo a ti y a tu trabajo, se te puede encontrar en Linkedin por internet, y tienes escrita la frase “básicamente mi trabajo en Buenismo Bien es sembrar el caos en el estudio”. ¿Qué tienes con el caos?
Henar Álvarez: mira, la realidad es que veo totalmente innecesario el caos. De hecho me gustaría ser una persona ordenada porque toda mi vida es un absoluto caos: tú entras en mi cuarto y se diferencia perfectamente cuál es mi lado y cuál el de mi pareja. Pero bueno, al final yo hago comedia y el caos se agradece en este campo porque da lugar a situaciones inesperadas, ves la reacción de tus compañeros, se generan situaciones divertidas…
Yo ni me acuerdo de cuándo escribí eso, pero me imagino que iba por ese lado. Creo que el caos en cierta medida me atrae porque soy una persona muy vaga y cómoda, pero solo para la vida práctica, no para lo que es estudiar, prepararme el trabajo y esas cosas. Creo que he aprendido a que no me puede molestar el desorden y todo lo caótico para poder ser una vaga que está en paz. ¿Sabes estas cosas que hacen las parejas de que uno está harto de que el otro no recoja y le dice que no va a limpiar más hasta que la otra persona no tenga más remedio que ordenarlo todo? Pues conmigo no se podría jugar a eso porque acabarían perdiendo, tendríamos cucarachas del tamaño del yeti comiéndose nuestra mierda todo el rato.
Elan Cultural: yo pienso que el caos es bueno y necesario porque sin él no habría nadie transgrediendo ciertas normas sociales implantadas desde hace tiempo y que hay que cambiar. Está Samantha Hudson, está Zahara con la portada “Puta”, está Victoria Martín, estás tú… el caos de todos estos perfiles está haciendo que muchas personas se planteen ciertas conductas y, poco a poco, estamos avanzando como sociedad. A veces el caos es necesario.
Henar Álvarez: creo que has dicho algo súper bonito y te doy las gracias, nunca me lo había planteado de esa forma, pero creo que tienes razón. Cuando uno se sale de la norma gracias al caos, puede ver cosas desde otro punto de vista que quizás sea más sano para todos, y también puede quitarte la frustración de no ser perfecto 24 horas al día. También te digo: una cosa es lo que hacemos de cara a los medios y otra lo que hacemos en nuestra vida personal. Puede ser que tengas toda la razón del mundo, pero es que yo soy muy caótica y, la verdad, agradecería no ser tan caos.
Elan Cultural: ¿cuándo te diste cuenta de que te gustaba hacer guiones y que querías dedicarte a ello?
Henar Álvarez: a mí me gusta muchísimo escribir, y además estudié comunicación audiovisual. Lo que más me gusta de siempre es el cine; creo que en el fondo siempre he sabido que quería hacer guiones, y lo sigo queriendo hacer. He encontrado hace poco una caja de zapatos con un montón de cartas que tenía de cuando era pequeña, que yo me escribía con amigas y tal, y hay varias que escribí pero que no llegué a mandar. En todas, pero en todas todas, hablo de películas y de los directores. Qué niña más pedante, por favor. Tú ves a una niña diciéndole a una amiga que ha visto una película del año no sé cuántos y que su director se llama no sé qué y dices: “pero bueno, pero esta persona qué le pasa, vamos a ver”. Yo creo que esto ha estado siempre en mí, y te he hablado de cine pero me pasa también con la lectura. Me gusta muchísimo la ficción pero porque me hace empatizar muchísimo más con los problemas que la propia realidad. Creo que tengo un poco de anestesia contra la realidad, la verdad. Espero que no se me malentienda, pero yo veo el telediario y cuando dicen que se ha muerto alguien o que nos han robado, pienso cosas tipo “otra vez se ha muerto alguien” o “vaya, otra vez robándonos”, pero no suele suponerme gran cosa a nivel emocional, no me suele impactar o sorprender. Ahora, veo una serie de ficción, que no deja de ser una metáfora para contarte que la gente muere, y madre mía, qué drama. Empatizo más así. La ficción es mi cura contra la anestesia que tengo contra la realidad y, además, siento que es la mejor forma que tengo para expresar las cosas que me pasan o que me perturban. He estado escribiendo muchísimos años en programas de televisión y en radio y ha sido un tiempo muy bonito, ha sido un aprendizaje brutal escribir para otras personas, hacer chistes sobre la sociedad, intentar abordar temas complejos desde la risa para llegar a calar en gente que, como yo, estamos hasta el coño de todo… es una profesión muy bonita.
Elan Cultural: en tu libro «La mala leche» hay una parte en la que dices que “tenemos que escribir diálogos para hacer parecer inteligentes a personas como Toni Cantó”. ¿Cómo se hace?
Henar Álvarez: sí (risas). A ver, realmente creo que eso tiene más que ver con la construcción de los personajes. De hecho, hay muchas veces que veo alguna peli en la que la actuación no ha sido la mejor del mundo pero como el personaje está tan bien construido y tan bien atado, tendrías que ser una piedra para que ese personaje no salga bien. Eso es una labor del guionista, del creador, y solo se consigue echándole muchas horas. Pues así se hace, trabajando mucho tiempo y comiéndote la cabeza.
Elan Cultural: ¿cuándo te planteaste dejar de escribir para otros y empezar a hacerlo solo para ti?
Henar Álvarez: cuando escribía cosas que me parecían buenísimas y me las guardaba para Buenismo Bien, así que tenía que pensar en otra cosa. Cuando eres guionista tienes que dar lo mejor de ti para el sitio en el que estás escribiendo, pero cuando empecé a despegar haciendo comedia ya sí que sentía que lo mejor que escribía debía ser para mí y no para otro. Me pareció que estaba dejando de ser justa con la profesión de guion y di un giro a mi carrera. Me dio mucho vértigo pensar que iba a dejar la redacción porque le decía adiós a una nómina fija, pero creía que era lo mejor para mí.
Elan Cultural: hace poco estuvimos con David Suárez hablando de los límites del humor. ¿Tú qué piensas al respecto?
Henar Álvarez: yo lo que creo es que no deberían encarcelar a nadie por hacer un chiste, eso lo primero. Pienso que no debería de haber ningún tipo de límite en el humor o en la libertad de expresión. Ahora, lo que sí pienso es que el humor o cualquier relato o discurso público, evoluciona. Cuando veo a gente quejarse porque “ya no se puede decir nada”, pues mira. ¿Que ya no se pueden hacer chistes de cojos, de maricones y de putas? Pues cariño, es que la sociedad evoluciona. ¿Que los puedes hacer? Por supuesto que defiendo que los puedas hacer, pero que entiendan que yo podré decir que me parecen unos machistas o unos homófobos o unos mierdas. Las cosas evolucionan y aunque hay gente que sigue haciendo ese tipo de chistes, es cierto que esta fórmula se está agotando porque ya es un poco casposa y previsible.
Hay una cosa que está pasando que sí me parece un poco fuerte: que le den más importancia a una palabra que a un hecho. Que decir una burrada te pueda sentar en el banquillo y después llevar a cabo otra burrada, como darle una paliza entre varias personas a otra por ser homosexual no sea igual de fuerte y le dejen libre sin más, me parece una perversión muy loca.
Elan Cultural: con respecto a la libertad de expresión, en una entrevista dijiste literalmente que “la religión es el único tema en el que me corto, pareciéndome injusto”. ¿Por qué te cortas en ese tema?
Henar Álvarez: hay cosas, como esa, con las que me corto porque no quiero que me pongan una querella. Yo idiota no soy, y eso de “el cementerio está lleno de valientes” no me interesa. Si por hacer un chiste me van a poner una querella y voy a tener que ir a un juzgado, pues sinceramente te lo digo: no lo hago. Para mí ese es el límite real del humor, pero no tiene que ver con hasta dónde uno puede llegar haciendo humor, sino hacia dónde te hacen llegar los demás.
Elan Cultural: no quieres ser Willy Toledo, vaya.
Henar Álvarez: absolutamente. Nadie quiere ser Willy Toledo, lo que le ha pasado es una putada absoluta, y te digo otra cosa: que pase eso sirve para que luego los demás se corten y no quieran hablar de algunas cosas. Mira que yo hablo de todo, pero es que llega un punto en el que ves lo que le está pasando a una persona que ya ni siquiera puede trabajar e intentas no llegar al lugar en el que está el pobre. Para mí eso es lo grave, y no que alguien haga un chiste de cualquier cosa que me parezca infame. Me puede parecer infame, pero no un delito.
Elan Cultural: hay muchos trabajos en los que se ve claramente la diferencia de cómo debe trabajar un hombre o una mujer: el presentador de informativos siempre con un traje que parece el mismo y la mujer con un modelito distinto cada día, se les da más oportunidades de trabajo a cómicos que a cómicas… ¿en el mundo del guion también se nota mucho la división entre el trato a trabajadores y trabajadoras?
Henar Álvarez: bueno, en guion no tenemos esa exigencia estética porque no tienen que verte, pero está clarísimo que eso en la televisión sigue dándose. De todas formas estamos avanzando porque los medios de internet lo están rompiendo de alguna manera, y creo que tiene que ver con que ahora no dependemos de que alguien te contrate, sino que tú haces lo que quieres con las herramientas que quieres. Hemos conseguido llegar a un público al que le da igual cómo tenga las tetas, así que hemos hecho una brecha que veremos cómo acaba en los medios de comunicación generalistas. Lo que sí que es verdad, y sucede en todas las profesiones, es que en el mundo del guion las mujeres no terminan de entrar de manera masiva porque los puestos creativos se los siguen dando principalmente a ellos y los de producción a ellas. Esto no es una cosa que digo yo, sino que se puede ver, y quiero aprovechar para invitar a todo el mundo a mirar los créditos de pelis y series para ver quién las ha dirigido y quién las ha escrito. Es absolutamente tristísimo. Ahora se han puesto muy de moda las series con protagonistas femeninas, pero al menos aquí en España, siguen escribiéndolas y dirigiéndolas ellos. Luego, cuando vas tú, creadora, a presentar proyectos protagonizados por chicas, te dicen que es de nicho. Es que no estoy entendiendo nada. Es de nicho si la crea y la protagoniza una mujer, pero si la protagoniza una mujer y la crea un señor, entonces ya no es de nicho. Venga, okey. Por esto mismo desde hace un tiempo, por una cuestión de activismo, cuando veo en una película o una serie que la protagonista es una mujer me pongo los créditos, y si veo que la han escrito y dirigido solo hombres, ya no la veo porque si a alguien no le interesa lo que nosotras podamos decir para crear estos personajes, a mí tampoco me interesa lo que tengas que hacer para inventar cómo es nuestra vida.
Elan Cultural: de esto has hablado muy bien en el podcast Estirando el Chicle cuando te invitaron por primera vez y contabas cómo en las películas en las que hay partos el que sufre y se desmaya es él y la mujer está ahí sin más.
Henar Álvarez: es que es muy fuerte que en un parto el que se desmaya sea él, pero claro, como lo escriben ellos, lo hacen todo desde su punto de vista. Es que ese tipo de partos han llegado a entrar en el imaginario colectivo porque lo veo, lo leo y lo hablo con amigas, y todo el mundo me dice que ha escuchado a gente preguntándole al que va a ser padre: “¿no te desmayarás, verdad?”. Aunque lo digan de broma, al final ponen el foco del parto y del sufrimiento en él, es muy loco. Todo esto es algo que han generado las películas y las comedias porque han sido escritas por hombres y llegan a ponerse como protagonistas incluso en estas situaciones.
Elan Cultural: el cine ha hecho mucho daño al imaginario colectivo. Gracias a Vikings, por ejemplo, se cree que las mujeres que morían luchando iban al Valhalla y no es así; de hecho, los vikingos perdieron muchas guerras porque hubo mujeres que se cambiaron de bando porque los cristianos sí les permitían ir al Paraíso si peleaban en nombre de Dios.
Henar Álvarez: seguro que los historiadores a los que consultan los de esa serie son hombres. Queda mucho por hacer en la ficción.
Elan Cultural: hablando de ficción, hace un tiempo dijiste que querías hacer ficción con tu libro y de hecho te compraron los derechos. ¿En qué punto está este proyecto?
Henar Álvarez: es algo que está encauzado, estamos en ello, pero no tengo ningún avance nuevo así que no puedo decirte mucho más. Lo que sí te puedo comentar es que aunque no vaya a haber una segunda parte, estoy escribiendo narrativa. Tengo que dejarlo en que estoy escribiendo cosas porque no me dejan contar más, pero en ello estoy. Lo único que puedo adelantar es que aunque haya tintes autobiográficos, a mí me gusta escribir ficción, y de hecho “La mala leche” es ficción siendo cómic, porque el cómic también es ficción.
Elan Cultural: mucha gente, incluyendo a personas de la RAE, no están de acuerdo y dicen que ni el cómic ni el manga son ficción o literatura.
Henar Álvarez: ya, pero a esas personas hay que decirles que se echen una siesta y que nos dejen en paz. ¿Que no te gustan los cómics? Pues que no los lean, parece que les molesta que escribamos o leamos cómics.
Elan Cultural: cuando hablamos contigo por primera vez para proponerte el reportaje nos comentaste que querías hacer algo relacionado con Medusa. ¿Por qué?
Henar Álvarez: en verano estuve leyendo “El libro de las ciudades” de Ana Rossetti y lo que hacía era explicar el origen de algunas ciudades y de sus nombres a través de la mitología. Una de las historias trataba sobre la creación de Atenas y de la diosa Atenea, y es ahí donde te cuenta la verdadera historia de Medusa. Te cuenta también que hay una serie de mitos que, como cualquier historia que deja de contarse, se han perdido en el olvido. Los poetas de la época decidieron contar una serie de historias que les gustaban y otras que no, y la historia de Medusa que conocíamos es la que estaba ligada a Perseo cuando fue a por ella para cortarle la cabeza. Esto nos ha llegado así porque a unos señores les encantó e hicieron millones de canciones y están en todos los lados, pero la historia real de quién es Medusa y de por qué se convirtió en un monstruo no la cuenta casi nadie. Yo pensaba que Medusa nació siendo una Gorgona, y no.
Ana Rossetti explica en el libro que Medusa era una mujer guapísima. Su madre tenía miedo porque sabía lo que hacían los dioses con las mujeres guapas, que básicamente era violarlas, así que para evitar que esto pasara, la mete de sacerdotisa de Atenea. En una de estas, Poseidón se aparece en el templo, la tira contra el altar, la viola y se pira. De repente aparece Atenea y con quien se enfada es con Medusa porque la han violado, cosa que no está tan lejos de la actualidad porque cuántas veces habremos escuchado ese “la culpa de la violación es tuya por provocar o por haber ido vestida así de guapa”. Pues coge Atenea y la castiga convirtiéndola en un monstruo terrible que convierte en piedra a quien la mire a los ojos. Es un: “ya nunca nos vas a dar problemas porque nadie te va a mirar, pero, como alguien ose a mirarte, se va a morir, así que tu vida a tomar por culo”. Me quedé totalmente obsesionada con esta historia, me fui a la radio a contarla y he empezado a leerme “Los mitos griegos” de Robert Graves donde nos cuenta unas cosas impresionantes, como que toda la mitología nos ha llegado pasada por la matriz patriarcal, pero que si te vas al origen real, que no es lo que cuentan los poetas, sino los dibujos que hay en las paredes o en los ornamentos, pues ves que se da a entender que la primera figura que tenía que ver con la divinidad fue una mujer, Hera. Todo el mundo estaba explicado a través de los ciclos de la mujer, que es la que crea vida. Incluso las estaciones del año se basan en cuando das vida, cuando crece y cuando muere. Lo que pasa es que llegaron unos señores, le dieron otra vuelta y las historias son otras.
Elan Cultural: Atenea no fue cruel solo por culparla de la violación y por castigarla, sino que fue más allá: ella fue quien le dio el escudo a Perseo para matar a Medusa y quien hizo que, de su sangre surgiese Pegaso. Ese Pegaso, que realmente es una extensión de Medusa, terminó siendo dominado por un señor al que le habló Atenea para enseñarle a domarlo y así poder matar a las valkirias. Todo mal en esta diosa.
Henar Álvarez: es que el nivel de misoginia interiorizada es muy chungo, es increíble. Hay muchísimas historias de este tipo, le recomiendo a todo el mundo que lea los libros que he dicho antes porque van a descubrir cosas de las que no se habla, y hay que contarlas porque aunque evidentemente ya nadie se las cree, explica muy bien cómo en el pasado se generó una corriente de pensamiento y cómo esa corriente sigue dictando el modo de vida que nosotros tenemos actualmente. Todo esto al final subyace en nuestra manera de comportarnos, de hacer cosas porque pensamos que podemos hacerlas, de no hacer cosas porque pensamos que no van a funcionar… aprender este tipo de cosas es fundamental para entender cómo funciona el pensamiento occidental. Si entiendes las raíces, creo que es más fácil cambiarlo.
Elan Cultural: para terminar, ¿qué proyectos tienes a medio y largo plazo?
Henar Álvarez: ahora mismo sigo en Buenismo Bien, que es mi hijito. Estoy de colaboradora en Estirando el Chicle, y después presento un Late Night todos los miércoles con Míster Jägger. No te creas que tengo mucho tiempo para pensar en más cosas porque no me da la vida. Estoy súper contenta con todo lo que hago, la verdad, me preocupo mucho de que las plantitas que planto vayan creciendo y sigo haciendo otras cosillas, pero es un poco absurdo que te diga nada porque son proyectos de series y libros que no tienen por qué salir. Lo que tengo es lo que te he comentado, lo cuido mucho y espero que las cosas sigan así porque estoy muy contenta.
Elan Cultural: Estirando el Chicle es el mayor zasca que se le podía dar a todos esos que decían que las mujeres no hacen comedia que guste. Ahí estáis todas, con un Premio Ondas y con un Wizink lleno en 17 horas.
Henar Álvarez: bueno, el premio evidentemente es de Carol y Victoria. El resto hemos rascado un poco, pero el premio es suyo, y es súper importante porque ellas han abierto una brecha brutal. Que lo peten como lo están petando es importantísimo para ellas y para todas, porque durante mucho tiempo llevamos pidiendo más cómicas en los medios de comunicación y hubo un momento en el que los que mandan en las cadenas estaban como locos por meter a tías, pero no confiaban en nosotras para hacerlo a nuestra manera. Con nosotras hacían eso típico que hacen en castings de bandas de música: aquí una rubia, allí una pelirroja, no sé qué. No tenía ningún tipo de sentido, y claro, se quejan después de que las chicas no funcionan. Pues claro, metes a una chica rodeada de un montón de hombres, o metes a muchos señores que se conocen y ya tienen feeling y a una chica que la has puesto ahí como de pegote, y tío, ¿cómo quieres que funcione así cualquier persona? Que ellas hayan conseguido esto y lo hayan petado es la confirmación de que si confías en nosotras y en nuestro talento y dejas que nosotras escojamos al equipo con el que queremos trabajar, las cosas pueden funcionar exactamente igual de bien. Aunque sea por una cuestión capitalista, por favor, confiad un poco.
Por otra parte, el podcast ha sido importantísimo para todo esto. Se nos ha dado muchas más oportunidades en ese medio que en cualquier otro, se ha confiado muchísimo más en nosotras y desde el boom de los podcast nos llaman más desde las teles, pero mira, también te digo una cosa: si no me llaman de la tele, a mí ya me da igual. En internet se vive de puta madre y tengo ahí a mi público. Estoy haciendo mis programas en Twitch y en podcast, le agradezco muchísimo al público el haber confiado en la comedia que hago y si no me llaman, pues peor para ellos.
Entrevista: Luis Sánchez, @luis_brato
Fotografías: Nat Enemede, @natenemede
Maquillaje: Eva Quílez, @evaq_mua
Estilismo: Carmen Ortega, @carmenbru.stylist
SHOWROOM: Plashion comunicacion
Vestido largo satén blanco: Rafael Santiago @rafaelsantiago_oficial
Vestido largo degradado verde: Sara Santiago @sarasantiagodesign
SHOWROOM: 15 Segundos Store
Kimono plateado: Isabel Gomila @isabelgomilaig