Ayer, domingo 19 de septiembre, tuvo lugar el #FamilyPride en Matadero de Madrid. Se trata de un evento presentado por David Moreno en el que se promueve a través de distintas actividades el concepto de diversidad familiar, algo que forma parte de una realidad social que, por desgracia, no siempre se visibiliza tanto como se debiera.

Aunque la LGBTIfobia y el rechazo a lo diferente siempre ha estado presente, es verdad que en los últimos meses ha habido un aumento de casos de discriminación al colectivo. Al odio no hay que ignorarlo, hay que combatirlo, y una de las mejores formas de hacerlo es a través de eventos como el #FamilyPride: es importantísimo darle voz, lugar y visibilidad a la gente del colectivo para mostrarle al mundo lo equivocados que están los que se manifiestan en su contra tildándoles de “sidosos” o “pedófilos”, para defender que los que no caben en nuestra sociedad son los que asesinaron a Samuel y los que posteriormente destrozaron su altar o los que no conciben que una familia puede estar formada por dos personas del mismo sexo. La cultura no solo es entretenimiento y distracción: la cultura es un altavoz de inclusión, una zona segura para todo el mundo y una herramienta perfecta de normalización que además le da fuerza a quien más la necesita. La cultura es un bien de primera necesidad, digan lo que digan.

El #FamilyPride empezó alrededor de las 12:30 de la mañana con un discurso de políticos de distintos partidos condenando la manifestación antiLGTB que se dio el otro día el Chueca. Posteriormente hubo conciertos, pintacaras para los más peques, conferencias enfocadas en la realidad trans, el entorno familiar, a la educación emocional y diversidad… fue una jornada muy completa en la que lo único que sobraba era tanto calor.

Unique, una boyband formada por cuatro voces, fue la encargada de abrir los conciertos de la jornada. Tan solo pudieron cantar tres canciones, pero aprovecharon cada minuto como si fuera el último y supieron descargar toda la adrenalina que cabe en un cuerpo humano con sus bailes sin que se les fuera ni una nota. Pese a que tengan talento, todavía están empezando y no han llegado a pegar el boom que se necesita para poder mantenerse en el mundo de la música de forma estable, aunque es bastante probable que se hagan con un nombre reconocido en España si su ritmo de trabajo continúa en la misma línea que hasta ahora y si siguen consiguiendo que incluso gente que no les conoce cante sus canciones, como pasó con “Enamorado”, el tema que cerró su actuación y que más recomendamos que escuchéis si no habéis escuchado nada suyo.

Chenoa era el plato fuerte del día. No hemos encontrado críticas hacia ella concretamente por ir al #FamilyPride, pero sí es verdad que en los últimos tiempos las redes sociales se han ido llenando de comentarios negativos hacia artistas heterosexuales que participan en este tipo de eventos porque, según dicen, «tan solo deberían participar personas del colectivo para no quitarles voz ni apropiarse de su lucha». No obstante, siendo realistas, prácticamente ningún homófobo de manual sigue en redes sociales a gente del colectivo, por lo que el contenido de estos eventos que promueven la diversidad y la igualdad no les llegaría nunca de no ser por la gente heterosexual que participa en ellos. Para que el mensaje de inclusión y libertad llegue a todo el mundo y cale más en la población, debe ser difundido tanto por gente del colectivo como por otros que no formen parte de él, pero que empaticen y se solidaricen con la causa. Es cuestión de principios y humanidad. Chenoa, más allá de ser una artista hecha y derecha, es una persona que siempre ha luchado por la libertad, la igualdad y la inclusión, así que hay que darle las gracias porque siempre ha sido la primera en alzar la voz para que el mundo sea un poquito mejor sin pedir nada a cambio. Como canta Patricia Tapia de Mägo de Oz en una de sus canciones, “no podrán pararnos si no faltas tú”.

Fue un concierto acústico en el que no podían faltar algunos de sus clásicos, como “Rutinas”, “Todo irá bien”, “Soy lo que me das” o “Dame”. La argentina y sus dos guitarristas, Alfonso Samos y Javi Calambres, demostraron que ni los ochocientos grados centígrados que había por culpa del Sol son excusa para no dar lo mejor de uno mismo y tratar de hacernos pasar a todos la mejor tarde posible con un plan diferente. Entre canción y canción, además, Chenoa se hizo amiga de una personita del público que no superaría los cinco años: la interacción entre ambos fue constante, además de bastante tierna, divertida y espontánea. La naturalidad y la humildad siempre han sido dos de las bazas fuertes de Chenoa y eso, en una artista con más de 20 años de trayectoria profesional, es algo difícil de encontrar.

Más allá de los clásicos y de su himno más reconocido, “Cuando tú vas”, añadió al repertorio otras canciones menos escuchadas, pero no por ello de menos calidad, como “Nada es fácil ni difícil” o “Como un fantasma”, un tema que en principio no iban a tocar pero que afortunadamente añadieron en último momento. Su versión original es bastante cañera, pero el cambio que le han hecho para que sea una canción acústica hace que sea de las que mejor suenan a voz y guitarra.

Es una alegría ver que este tipo de eventos pueden volver a la vida después de haber estado todo parado durante tanto tiempo, y también lo es ver que hay artistas que siguen involucrándose en las causas para, más allá de llevar lejos su música, intentar hacer un poquito más fácil la vida de las personas. Esperemos que se repitan muchas más ediciones, porque además de ser bonitas, son más necesarias que nunca.