Todos conocemos a Ismael Serrano por ser uno de los cantautores de referencia de nuestro país, y no es para menos: el madrileño lleva más de veinte años en el ruedo regalándonos poesía que no solo canta, sino que también cuenta. Más allá de sus canciones, hay un Ismael reivindicativo que se posiciona claramente a favor del feminismo, la igualdad y la libertad democrática a la vez que critica duramente comportamientos abusivos, injustos e incluso fascistas. “Seremos” es su nuevo álbum y hemos podido hablar con él para descubrir los secretos que se esconden en las trece canciones que lo componen.
Elan Cultural: buenos días y felicidades por el lanzamiento de tu último álbum, “Seremos”. ¿Cómo estás viviendo esta nueva etapa?
Ismael Serrano: muchas gracias. Creo que ahora más que nunca la música tiene un valor terapéutico que nos permite sobrellevar los miedos, las dudas, las inquietudes… después de esta etapa tan difícil que nos ha tocado vivir, surge un disco que tiene vocación de futuro. Se formula en futuro porque es una llamada a levantar la mirada y a hacer planes cuando era más difícil que nunca hacerlos. La mayor parte de estas canciones surgen en el confinamiento: aunque no hablan de manera explícita de la pandemia, sí sobrevuelan la idea de entender que hay que establecer los vínculos necesarios para salir adelante. Es un tiempo extraño y difícil, y el disco responde a la necesidad de tener un espacio de encuentro que nos permita entender que no estamos solos. También creo que el confinamiento ha hecho que nos pongamos frente al espejo y que revisemos nuestras propias contradicciones, y eso está reflejado en el disco, que empieza diciendo “no soy el cantautor que vino a arreglarte la vida”. De alguna manera creo que se revisan todas las manías del cantautor y del músico que cree conocer todas las respuestas pero que entiende que realmente no sabemos casi nada de la vida.
Elan Cultural: sobre la figura del cantautor, muchos siguen viéndoos como personas nostálgicas y tristes que solo miran al pasado, pero tu disco contradice totalmente esa idea poniendo el foco en el futuro. No eres el único que lo hace, pero la imagen del cantautor sigue siendo la de la persona melancólica y desolada. ¿Por qué crees que es así?
Ismael Serrano: creo que hay muchos clichés y muchos prejuicios entorno a la figura del cantautor que no solo responden a eso, sino también a alguien que pone los textos por encima de la música, de forma que se le considera más como un poeta que hace música que como músico. Hay un prejuicio que dice que, efectivamente, estamos anclados a la nostalgia, y yo quiero reivindicar un espacio para la tristeza y la nostalgia, pero es distinto a estar anclado mirando permanentemente hacia atrás. Da la sensación de que vivimos en tiempos en los que no nos permitimos estar tristes y no nos permitimos a nosotros mismos transitar el duelo con la calma que merece. Cuando preguntamos a alguien qué tal está y nos dice que no está bien, nos genera una sensación de incomodidad, y sin embargo cuando somos nosotros quienes estamos mal, nos lo podemos permitir; de hecho, si hiciéramos un repaso de las canciones que más nos han impactado a lo largo de nuestra vida, creo que la mayoría son canciones tristes que han estado a nuestro lado en momentos difíciles. Vivimos en un tiempo en el que la tristeza se considera una impostura. Cuando alguien te dice que está triste, es como una impostura que incomoda porque hay una tiranía con respecto a la sonrisa, parece que tenemos que estar sonriendo todo el tiempo y que si no lo hacemos, mal por nosotros. El ejemplo más claro es Mr. Wonferful, que te da lecciones de vida en donde se te obliga a no estar triste, y la realidad es que hay muchos motivos en la vida en los que uno está jodido y es totalmente natural.
Más allá de eso, sí, hay unos cuantos clichés entorno al cantautor que responden a que se ha impuesto una propuesta musical que tiene que ver con el escapismo, y los cantautores solemos proponer lo contrario, una inmersión en la realidad. En un contexto en el que toda la música y toda propuesta musical tiene que ver con escapar y con no hablar de lo que nos pasa, no se ve con buenos ojos a alguien que se conecta con la realidad y con los sentimientos más íntimos. Quizás eso, en este tiempo de superficialidad y de la simulación permanente de felicidad, pues un cantautor no tenga todas las que ganar.
Elan Cultural: en tu disco no hay mucho rastro de escapismo, más bien todo lo contrario: hablas, por ejemplo, de la labor que de las mujeres en sus casas frente a la pasividad de los hombres, de abusos, de igualdad, de antifascismo… la música no siempre sirve para evadirse de la realidad, sino que puede servir para explicarla y tratar de mejorarla.
Ismael Serrano: totalmente de acuerdo. No creo que toda la música tenga que ser reflexiva, creo que hay momentos para todo y que la evasión también es importante, pero es imprescindible que haya un espacio para la reflexión. Como bien apuntas, la música a veces también sirve para entender el mundo en el que vivimos. A mí, como lector o como oyente de música, lo que me interesan son canciones que me ayuden a entender lo que pasa, mi lugar en el mundo, entenderme a mí mismo. Ya habrá momentos en los que quiera pura diversión y bailar, pero es que también quiero entenderme. No quiero estar de paso, y no estar de paso tiene que ver con entenderme e involucrarme. Cuando tú entiendes las cosas, uno puede tratar de hallar soluciones a ciertos problemas. Hay que matizar para entender el detalle y ver bien el problema. A mí me gustan las canciones que matizan, y vivimos en un contexto en el que no se repara mucho en el matiz, y te lo digo hablando de cualquier ámbito de la vida: las redes sociales obligan a encapsular el mensaje, a olvidar el matiz, y es muy importante porque eso se ha trasladado hasta al debate político. Ya no hay matices, se polariza: o contra mí o conmigo. Se ha impuesto la cultura del zasca, que no tiene que ver con entender al otro o con llegar a buen puerto, sino a humillar al contrario como si fuera una batalla a muerte.
Elan Cultural: hablando de política, hace poco una diputada de Unidas Podemos citó una de tus canciones cuando hablaba de derechos humanos y de avances sociales. Tú le respondiste en Twitter “ahí seguiremos, construyendo un nuevo relato sobre un mundo nuevo”. ¿Qué crees que debería incluir este mundo nuevo, y qué papel crees que puede llegar a tener la música y el arte en su construcción?
Ismael Serrano: como te decía, entiendo la música y el arte como un lugar de encuentro que atiende a matices que nos permiten reparar que en lo cotidiano hay más épica de lo que somos capaces de ver. A mí lo que me gusta de los autores con los que he crecido es que me han hecho sentir protagonista de grandes relatos porque hablan de lo cotidiano, hablan de mí. Esa toma de conciencia tiene que ver con asumir que eres capaz de agarrar la conciencia de tu vida. Hay cierto desánimo generalizado que se relaciona con la sensación de no poder hacer nada para cambiar las cosas, para cambiar nuestro futuro, como por ejemplo en la política, que pertenece a un ámbito extraño en el que poco podemos hacer individualmente para cambiar las cosas. No obstante, la música genera vínculos y te da fuerza para cambiar las cosas. Creo que así podría influir el arte en el cambio que necesitamos. Componer canciones para remover conciencias es muy vanidoso. Creo que escribir con ese fin es algo muy ambicioso, creo que hay escribir canciones fundamentalmente para que nos sintamos acompañados, y sentirse acompañados es tremendamente útil en momentos de adversidad. Creo que la música sirve para eso, y en el mundo nuevo del que hablábamos, los cuidados tendrían que ponerse en el valor como realmente merecen, que las tareas sean mejor repartidas, el uno debería saber ponerse en la piel del otro, tendríamos que revisarnos los prejuicios y ser más flexibles, debería ponerse en valor el bien común… Creo que para todo ello es necesario retomar el relato que tiene que ver con nosotros, y cuando hablo de nosotros no solo me refiero a la cuestión política. El otro día escuchaba “Mediterráneo” de Serrat, que habla del pueblo que se va deshabitando. Habla de la España vacía, de la infancia, del Mediterráneo como un paisaje compartido, de anhelos colectivos, de un nosotros del que hoy no habla nadie. No estaría mal revisar las cosas a las que le cantamos para no seguir cayendo en el tópico del amor desde el mismo punto de vista de siempre, hay que cantarle a otras cosas. A veces me pregunto si ahora habrá alguien cantándole a ese “nosotros”.
Elan Cultural: la mayor parte de tus canciones tratan el tema del amor, pero ahora hablas mucho de ese nosotros. También es cierto que era muy raro que hicieras colaboraciones y en este álbum tienes varias. ¿El hecho de que en este disco haya más artistas colaborando es fruto del deseo de hablar del otro más que del yo, como hacías en tus canciones en discos anteriores, o es pura coincidencia?
Ismael Serrano: tienes totalmente razón, hay cierta disociación en mis canciones: por un lado está esa pulsión que habla del nosotros, pero por otro, a veces me pongo en el centro y eso me empuja a escribir sobre el amor o el desamor. A veces uno se equivoca al ponerse el en centro, y de hecho en el disco hay una canción que se llama “Soltar” que habla precisamente de eso: no siempre hay que estar en el centro, y cuando lo estás, tienes que ser generoso. Yo creo que lo de las colaboraciones tienen que ver con la pandemia. Tenía tal necesidad de reuniones y de establecer vínculos que me vi llamando a gente, atravesando la timidez que tengo, para proponerles cantar juntos ciertas canciones.
Elan Cultural: en uno de los temas del disco dices “adiós a los fascistas que se alimentan del miedo y de las mentiras”. ¿Qué está pasando en España para que se hayan normalizado tantos movimientos y personajes fascistas tanto en la política como en la prensa?
Ismael Serrano: yo me hago la misma pregunta. Creo que se ha normalizado poco a poco un tipo de actitudes y de discursos que hace unos años no habrían tenido cabida. Creo que tiene que ver con que los medios de comunicación ponen la verdad por debajo del tráfico de público, de las visitas. Se ha descubierto que tocando ciertas teclas, que alimentando la pulsión que genera cierta crispación, se obtiene más tráfico en tu periódico digital. De manera inconsciente, para generar ese tráfico alimentando la indignación, han polarizado el debate de manera que te ves obligado a participar, y eso tiene un precio: la normalización de ciertos debates que antes eran inadmisibles. No todas las ideas son respetables. Las ideas que tienen que ver con el fascismo, la homofobia o el machismo, por poner algunos ejemplos, no son respetables, son ideas que hay que desterrar del debate público, no se pueden tolerar. Se ha utilizado, además, el miedo, porque el miedo genera audiencia. Si estás diciendo por la tele todos los días que te van a okupar la casa, el morbo y el miedo te hace estar pendiente a estas noticias y eso genera audiencia. Creo que los medios de comunicación tienen una gran responsabilidad y que están normalizando el discurso de la antipolítica.
Elan Cultural: el día 13 de noviembre darás un concierto en el Teatro Nuevo Alcalá. ¿Qué nos encontraremos allí?
Ismael Serrano: tengo una vocación frustrada: protagonizar un musical. Voy a darle más importancia a la puesta en escena al tiempo que habrá reivindicación de la figura del cantautor. Para reivindicar tienes que deconstruirte y ser crítico contigo mismo, aunque sea desde el humor. La mejor forma de reivindicarse es cuestionarse y hablar de la nostalgia y de la tristeza. El concierto tendrá un componente teatral muy importante; no solo se tratará de cómo interpretemos las canciones, que por cierto, será un formato acústico con un piano, un chello y mi guitarra, sino que también jugaré a idear un relato que se pueda contar como si fuera una historia teatral de mi vida. Eso haré: contar unas cuantas historias, jugaré a hacer un repaso de mi vida y me cuestionaré a mí mismo repasando toda mi discografía