El sábado 17 de agosto, Madrid tuvo en honor de acoger en la Plaza de las Vistillas a una de las caras más reconocidas de la escena musical de nuestro país, Chenoa. La plaza acabó abarrotada de gente de todas las edades que quería escuchar a la argentina y a la banda de músicos que la acompañaba, los cuales, por cierto, hicieron un trabajo de matrícula de honor en todo momento (especialmente el batería, que pese a tener fiebre su profesionalidad fue absoluta).
Desde bien temprano ya había fans ocupando las primeras filas para poder ver a su artista favorita lo más cerca posible, enfrentándose a un calor infernal. En un momento dado del concierto, Chenoa dio las gracias a esas personas que se habían recorrido hasta 500 kilómetros para ir a verla cantar, pero realmente la cosa iba más allá: hubo gente que vino desde Polonia única y exclusivamente para asistir al concierto. La entrega de su “aldea”, como ella dice, fue total desde mucho antes de empezar el recital, una entrega que solo se puede comparar con la de la propia Chenoa en la hora y media que estuvo subida en el escenario con micrófono en mano.
Un buen concierto debe tener una buena apertura, así que arrancó con un “Atrévete” que resonó en todos y cada uno de los rincones de la capital. Como ella misma admitió, en el público había mucha gente que solo se había pasado por allí “para ver qué canta la Chenoa” y para divertirse un rato con el “Cuando tú vas” y el “Atrévete”, así que empezar así es bastante arriesgado: si alguien que no es fan de un artista va a un concierto suyo y las únicas canciones que se sabe son la primera y la última, cabe la posibilidad de que no preste atención al resto, que se aburra y se vaya o que decida irse sin siquiera darle una oportunidad al resto de temas. No obstante, Chenoa cuenta con un amplio repertorio en el que hay muchísimas canciones que están a la altura de sus dos primeros hits, así que empezar tan fuerte fue una buena decisión y allí no hubo alma que no se lo pasara en grande.
Cuando el tema terminó, se quitó la chaqueta y dio paso a “El centro de mi amor”, sacado también de su primer álbum. Es una canción desconocida para muchos, pero eso no impidió que el público se echase a bailar y saltar al ritmo de tan antiguo tema. Exactamente lo mismo pasó con “Dame”, uno de los sencillos que mejor le funcionan en directo. Como antes dijimos, la entrega de Chenoa, de la banda y del público fue tan impecable que llegó a contagiar incluso al personal de seguridad, que inconscientemente hacía movimientos con la cabeza y con los pies siguiendo el ritmo del “sólo dame un momento para demostrar la pasión que siento”.
“Hoy por hoy” fue la primera canción que tocó de su último disco, “#SoyHumana”, probablemente el mejor álbum de su carrera hasta la fecha. Es una canción muy fácil y agradable de escuchar que tiene un mensaje claro y directo: “ten en cuenta el hoy por hoy”. De una canción más seria y reflexiva pasamos a otra que se inclina más hacia lo erótico y sensual, “En tu cruz me clavaste”, un sencillo que afortunadamente podemos seguir escuchando en algunas discotecas. Es una de las canciones con las que más juega con la gesticulación de su cara y con sus movimientos de baile: se mete en el papel al cien por cien y todo termina por los aires, desde el ánimo del público hasta el pie de micro, que el pobre salió volando un par de ocasiones por la intensidad y la garra de la cantante.
Quedaba mucha noche por delante y la cosa no podía venirse abajo, así que rescató un tema de 2010, “Tengo para ti”, para mantener el ambientazo que había creado. Muy poca gente se la sabía, exceptuando a los fans de las primeras filas, pero tuvo una recepción excelente y todos quedaron satisfechos. La siguiente canción fue “Rutinas”, que tiene un ritmo más calmado, pero ya dijo Chenoa en una de sus canciones que ella además de ser humana es pura intensidad, así que llevó al límite a esta canción de 2005 y todas y cada una de las personas de la plaza terminaron imitando esos “¡eh!” que la argentina gritaba en las partes instrumentales a la vez que alzaban el puño, como si quisieran golpear el cielo. Lo mejor de este momento fue que muchos se unieron casi sin darse cuenta, como si fuera algo que les pidiera el cuerpo. Esa es la diferencia entre un cantante y un artista: puedes tener la voz más bonita del mundo y la mejor técnica vocal del planeta, pero la magia no la tiene cualquiera, y quien es capaz de crear olas en las que todo el mundo quiere sumergirse, aunque sea una sola vez, es porque por sus venas corre arte del de verdad. Y si encima de magia tienes voz, como es el caso de Chenoa, apaga y vámonos. La gente debería escuchar sus canciones e ir a sus conciertos y no quedarse en el topicazo de “Chenoa es la del Cuando tú vas”, muchos se sorprenderían para bien si le dieran una escucha a sus discos. Chenoa es una de las mejores artistas que tenemos en España y su trabajo musical merece mucho más reconocimiento del que tiene.
Ahora sí que sí, llegó el momento de calma con “Yo te daré”, una canción tranquila, tierna y con una letra muy bonita que está en el mismo hilo que “Me caes tan bien”, el tema que vendría después. Es cierto que en estas dos canciones el público general desconectó un poco, no olvidemos que muchos no saben casi nada de la música de Chenoa y que fueron a las fiestas solo para bailar y darlo todo y que eso no encaja con lo que transmiten estos temas, pero sus seguidores cantaron ambos sencillos muy emocionados de poder escuchar en directo pistas tan bonitas como lo son estas dos.
Con “Tú y yo” Chenoa volvió a ganarse al público, logrando que todos cantasen esos “yeah, yeah, uoh, uoh” que les marcó antes de empezar la canción, y que todos saltaran en el estribillo tan demoledor que tiene. Es otra de las canciones del #SoyHumana, disco que, repetimos, hay que escuchar de principio a fin si te gusta el pop porque es una de las más valiosas joyas nacionales del género que se han sacado en la última década.
Sin darnos cuenta ya estaba sonando “Nada de nada” y no pudimos hacer otra cosa que preguntarnos si merece la pena pagar un gimnasio si en un concierto de Chenoa, entre saltos y bailes, terminas haciendo el mismo ejercicio. “Nada de nada” es otro de los “imprescindibles” en sus conciertos, funciona genial y es un lujo ver lo que disfrutan los miembros de la banda con esta canción, especialmente el bajista.
Chenoa ya tenía al público en donde quería, estaban inmersos en su mundo, pero quiso ir más allá e invitó a todos a adentrarnos más en él con “Entra en mi realidad”, una de esas canciones que en directo gana muchísimo poder gracias a la fuerza de los instrumentos. El tema habla de la masturbación, así que hilarlo con “Lo que te haría” viene muy a cuento. Ya sabéis que con Chenoa Nada es Casualidad.
“Te puedo perdonar” cogió el relevo y, de nuevo, el público lo dio todo saltando con ese estribillo tan potente. Contar con Chenoa para unas fiestas es una apuesta segura: atrae a todos los vecinos y les regala una hora y media de desconexión total en la que tan solo hay buenas vibraciones y donde todo el aire denso y gris de Madrid desaparece para dejar espacio a algo diferente, a algo distinto, para dar paso a Otro Cielo. Un cielo más limpio y puro, con más colores, un cielo más humano que rebosa buena música y buena onda. Al final eso es lo que más busca la cantante: que la gente disfrute con su música y poderles enviar energías positivas con sus canciones. No podía faltar, por tanto, ese “Todo irá bien” que atrae tantas cosas buenas y que trata de alejar otras malas, como la negatividad, el pesimismo o el qué dirán.
Otro de los grandes éxitos de Chenoa es “Soy lo que me das”, el tema que abre de forma no oficial las rectas finales de casi todos sus directos, así que las emociones de los fans estaban divididas entre la alegría que tenían encima gracias al concierto y la pena de saber que ya se terminaba. No podía irse sin presentar su nuevo single, “A mi manera”, un sencillo en el que la artista defiende la Libertad individual de hacer las cosas a la manera de cada uno y a vivir la vida que quiera uno vivir, no la que el resto del mundo quiere que viva. Es un tema que aboga por hacer lo que se quiera sin tener en cuenta el dichoso qué dirán.
La noche había ido tan bien que decidieron improvisar una versión rock ‘n’ roll del tema “Route 66” que no estaba programada pero que, aún así, salió como la seda. Por último, el esperadísimo “Cuando tú vas” cargó con una fuerza brutal que indujo a todos a saltar como si no hubiera un mañana, incluyendo a quienes estaban fuera de la plaza y a algunos de los trabajadores que estaban en los puestos de comida.
En un momento dado Chenoa dijo que ese concierto era para ella como un examen, ya que tenía que demostrar a quienes habían ido a verla sin apenas conocerla que tiene un buen repertorio y que tiene mucho más que las dos canciones que todos conocen. Desde Elan Musical podríamos ponerle nota a ese examen, pero al final la única puntuación que cuenta es la que ella misma se ponga y pensamos que esas Lágrimas de satisfacción y emoción que casi se le escapan al despedirse de su aldea hablan por sí solas, así que solo podemos darle la enhorabuena y desear verla de nuevo cuanto antes.