Madrid fue testigo el jueves pasado del último encuentro entre Ricky Merino, Nerea Rodríguez y Raoul Vázquez con el #3Tour. Después de pasar por otras tres ciudades de España, la sala Shôko era la última parada de los tres artistas que, ante todo, son buenos amigos. Con todas las entradas vendidas, unas 670 personas asistieron al concierto y pudieron disfrutar de dos horas de música en directo que tardarán mucho tiempo en olvidar.
Ricky dio el pistoletazo de salida con una canción propia que todavía no ha salido al mercado: La bestia. En las primeras notas, el público alzó carteles con una frase modificada de dicho tema -«Así alimentas a nuestra bestia»-. Fue un buen inicio de concierto, pero aún mejor fue lo que vino después: Let Me Entertain You despertó a los más apagados y a Ricky le sirvió de excusa para mencionar el OT Reencuentro de su edición en 15 años (que más de uno de los allí presentes no se perderían).
Más tarde interpretó otras canciones que marcaron su paso por el programa como Mientes, Madre tierra y la Revolución sexual, o temas propios como Miénteme y A mi manera. Con todo, la actuación sobresaliente de Ricky fue el dúo con María Escarmiento de Muérdeme, pues la triunfita de OT 2018 no ha querido cantarla desde su presentación para Eurovisión de hace casi dos años. Igual de buena fue la versión de Alocao (y su correspondiente perreo) que se marcó con Nerea, pero la gran sorpresa era Perfecto, una canción de desamor que ha decidido publicar como single el 14 de febrero en honor al día de los enamorados.
Nerea fue la protagonista de la noche con más repertorio propio: Y ahora no, Tu segunda opción, Nadie… Todas ellas eran canciones perfectas para demostrar su talento, pero sin duda la actuación estrella fue No mires atrás. Nerea quiso cantar la primera parte del tema con la sala en silencio y sin micrófono, y qué preciosidad. Algo parecido ocurrió cuando cantó con los Gemeliers el último single de los hermanos, Ya no me duele. Cientos de luces iluminaban desde el público la bonita complicidad entre estos artistas que ni siquiera Nerea podría haberse imaginado.
Por supuesto, Quédate conmigo no podía faltar. Aunque no fue su mejor pase (como diría Manu Guix), sigue sorprendido la increíble capacidad vocal de Nerea que también mostró en su versión de Listen. No fue para menos el dúo de Señorita con Raoul, a pesar de la inexistente tensión sexual que generaron (el público los hubiera achuchado como si fueran ositos de peluche). Al final, Nerea se despidió con un increíble Symphony para dar paso al lobo de Montgat.
Raoul dio un espectáculo. Su actitud durante el concierto era propia de un artista de los pies a la cabeza, aunque solo pudimos escucharle una canción suya, Estaré ahí. Los graves tan característicos del catalán dejaron sin aliento a todos los presentes, y provocó más de una lágrima durante su versión de ¿Y cómo es él? de Perales. Al final de la canción, Raoul reivindicó el papel fundamental de los profesionales de la educación para apoyar a los alumnos con sus sueños. El de Raoul era cantar, y eso ninguna directora ‘robasueños’ ha sido capaz de impedirlo.
La variedad de su ‘setilist’ facilitó que el artista mostrara su mejor faceta. Canciones como Cry Me a River, Earned It o Wreaking Ball quedaban perfectas en su voz, pero ninguna supera la expectación que genera cuando canta Million Reasons. Como él mismo dijo, este tema le acercó a su ‘fandom’ por encima de cualquier otra cosa, aunque también quiso recordar La quiero a morir y Manos vacías por el importante papel que tuvieron ambas durante su paso por Operación Triunfo.
La última parte del concierto llegó cuando los tres artistas pisaron el escenario para cantar juntos Feeling Good, pero hasta que Nerea no sopló las velas de su tarta de cumpleaños nadie quiso salir por la puerta. Eso sí, el público cantó Camina a pleno pulmón con la esperanza de escuchársela cantar una vez más. Aunque se quedaron con las ganas, salieron del recinto satisfechos por formar parte del camino de tres artistas que todavía tienen muchos pasos que dar.