Ayer, día 11 de enero, Miriam Rodríguez vino a Madrid a rugir por todas las Cicatrices que forman parte de su ser. La gallega presentó su primer disco en solitario ante más de las 1000 personas que llenaron la sala But. Lo normal sería pensar que además de cantar los temas del álbum, rescatase al menos un par de canciones de Operación Triunfo, más que nada porque la mayor parte de los que compraron la entrada fueron seguidores del programa y porque el número de canciones que hay en su disco no son suficientes para poder ofrecer un concierto completo. No obstante, como dijo Pablo López, uno de los invitados sorpresa de la noche, “Miriam es canción”. La leona tiene escritos varios temas que, pese a haberse quedado fuera del álbum, no ha querido dejarlos encerrados en un cajón, así que, con el alma desnuda, Miriam cantó y contó todo lo que guarda en su interior.
Al principio la gente no estaba demasiado segura de que el concierto fuese a sonar en condiciones porque tuvieron que atrasar la apertura de puertas a las personas con entrada VIP una hora, dando como motivo principal problemas técnicos de sonido, pero cuando Miriam y su banda se plantaron en el escenario y empezamos a escuchar “Aquí estás”, tema que también abre el disco, todas las dudas se disiparon. Tal vez el volumen estaba un poco alto, pero todos y cada uno de los instrumentos se podían escuchar perfectamente y el volumen del micrófono de Miriam era perfecto: ni estaba por debajo del instrumental ni tampoco lo pisaba. La cosa prometía mucho.
“Passengers” sería el segundo tema de la noche. Cuando Miriam empezó a cantar las primeras palabras, el público levantó unos carteles en los que se podía leer “Hello, my name is ____, nice to meet you”, haciendo un guiño a uno de los momentos más icónicos de Miriam en la academia. Fue un detalle que debió gustarle bastante, ya que no paró de sonreír desde que lo vio hasta que terminó la canción.
Nadie se esperaba que para la próxima canción Vega hiciese acto de presencia. “Sin rencor” es sin duda alguna una de las canciones más bonitas y personales de Cicatrices. Es un tema que te hace pensar en esa persona que te ha acompañado durante tanto tiempo, pero que ya no está, un tema que invita a esa persona a ser feliz, a vivir su propia vida y a abandonar cualquier sentimiento negativo que pueda haber quedado tras una situación desfavorable. Esta canción es el corazón abierto de Miriam, y ha tenido la generosidad de compartirlo con una artistaza como Vega, quien admitió verse reflejada no solo en “Sin rencor”, sino en la propia gallega.
Todavía con los sentimientos a flor de piel, el concierto continuó con la primera canción que no está en el disco, “Más de lo que ves”. Miriam estuvo estupenda, pero diría que en esta canción el protagonista fue el batería, que le dio bastante fuerza y garra al tema, sobre todo en los estribillos. “Más de lo que ves” podría haber entrado perfectamente en el disco: el instrumental es bueno, la letra está al nivel de las otras trece y la gente la disfrutó como con cualquier otra.
Uno de los momentos de la noche estaba a punto de llegar: Miriam presentó “Hay algo en mí”, un tema que reivindica el empoderamiento de la mujer, una canción que grita libertad, derechos e igualdad. El público sacó un montón de globos violetas, color que se vincula con la lucha feminista, y cantó a pleno pulmón cada una de las palabras de la canción. Cuando terminó, hubo un momento de silencio y Miriam volvió al ataque con una repetición del estribillo a capella, un último estribillo que, en realidad, fue un grito al cielo dedicado a todas las mujeres que, desgraciadamente, no podrán oírlo nunca.
“La diferencia” fue la segunda y última canción que sonó que no está incluida en el disco. Es un tema sencillo con un ritmo muy artesano que mucha gente se sabía aunque no haya versión de estudio. La verdad es que en un futuro estos dos temas “inéditos” deberían grabarse y ver luz, porque es buen material y es una pena no poder disfrutarlos en casa.
A estas alturas de la noche Miriam ya nos tenía en su bolsillo, pero nos ganó aún más cuando dio las gracias a todo el mundo por apoyarla y cuando dijo que se sentía muy afortunada de poder cantarnos “Me tienes”. Es una de esas canciones que en directo suman muchísimos puntos, que tienen mucho más poder que la versión de estudio. La interpretación fue impecable, y, siendo sinceros, nos dio mucha satisfacción ver que en la zona de invitados, Manuel Martos, quien alguna vez la nominó en el programa por falta de interpretación, esbozaba una sonrisa de orgullo, como si estuviera diciéndole: “lo has conseguido”.
Miriam se ha ganado a pulso el lugar en el que está. Ha trabajado y sudado muchísimo para conseguir los resultados que está teniendo, ha demostrado que ha venido para quedarse y para seguir haciendo música durante mucho, mucho tiempo, y con esa actitud cantó “Conmigo, suficiente”, esa canción de autocrítica positiva que ha inspirado a tantos de sus fans. Era uno de los temas que no podían faltar bajo ninguna circunstancia.
Al igual que “Me tienes” mejoró en directo, bajo nuestro punto de vista “Respirar” sonó algo más light de lo que nos hubiese gustado. Es el único pero que le podemos poner al concierto: la canción sonó muy bonita, pero nos faltó un poco de garra, un poco más de guitarra eléctrica y unos golpes de batería un poco más potentes. Cuando terminó, hubo un breve momento de silencio y volvió a cantar el estribillo de “Sin rencor”. La verdad es que no habría tenido mucho sentido si “Respirar” hubiese mantenido la esencia más “rockera”, pero al haber sonado más suave, el asunto quedó bastante bien hilado y sonó precioso.
Todo el mundo estaba impaciente por escuchar “No!” en directo, pero lo que no sabíamos es que lo haría junto a Pablo López. Por si la sorpresa de su invitación no fuera suficiente, nos tenían otra reservada: antes de “No!”, cantaron juntos “El patio”. Fue un momento lleno de magia, de complicidad, de emoción y de música. El cariño que se tienen es tan palpable como el amor que sienten los dos hacia la música y como el respeto que se tienen el uno al otro como artistas. Pablo aporreando el piano y Miriam, enfadada con sus botas por no ser las que quería llevar puestas, estrellándolas con fuerza contra el suelo. Crearon una atmósfera mágica que atraparon a todos y a cada uno de los asistentes. El dúo que forman es la perfecta definición de música y talento.
Después de esto, los siguientes temas fueron sucediéndose uno detrás de otro. Eran los más cañeros de la noche, en los que más pudimos ver a Miriam venirse arriba y dar todo lo que tiene. “Prefiero”, “Discúlpame”, “Lo haremos bien” y “¿Qué hacemos?” se pueden resumir en un continuo contacto visual entre Miriam y el público, en saltos con los brazos en alto, en la leona sonriendo y transmitiéndonos toda la alegría del mundo. Cuando un artista disfruta de su trabajo se nota, y creedme si digo que los ojos de Miriam no paraban de gritar “felicidad”.
El punto y final lo puso “Mejor sin miedo”, un tema perfecto para terminar un concierto. Miriam ha tenido que enfrentarse a muchos problemas de todo tipo tanto dentro como fuera de la academia y ha tenido que plantarle cara a sus miedos y a sus dudas. A base de valor, de trabajo, de dedicación y gracias a las personas que han estado junto a ella en todo momento, Miriam está consiguiendo superarse a sí misma y asentarse como artista en España. La leona no necesita ningún disfraz hecho de luz para brillar: con ella misma, suficiente.